El Rey recuerda a los exiliados republicanos y a los sefardíes españoles víctimas de los nazis en el Día Oficial de la Memoria del Holocausto

También elogió a los siete diplomáticos españoles que han sido declarados Justos entre las Naciones por evitar que cientos de judíos fuesen enviados a los campos de exterminio

El Rey con algunos de los asistentes al acto.

“El Holocausto representa una derrota sin paliativos a manos de la maldad, el embrutecimiento y la ignorancia. En el reguero de esos terribles crímenes fueron asesinados millones de seres humanos y junto a sus cenizas quedaron maltrechas la dignidad y la esperanza”. Así se refirió el Rey Felipe VI a la terrible realidad ejecutada por el régimen nazi en el acto por el Día Oficial de la Memoria del Holocausto celebrado en el antiguo salón de plenos del Senado el martes 27 de enero.

Don Felipe tuvo palabras de recuerdo para las víctimas españolas en los campos de concentración y también para los diplomáticos españoles que evitaron que cientos de judíos fueran enviados al exterminio, como Sebastián Romero Radigales o Ángel Sanz-Briz, entre otros. “España aportó héroes, como los mencionados, pero también se desangró con las víctimas: por un lado los miles de sefardíes asesinados en los campos, por otro, los exiliados republicanos españoles que el próximo mes de mayo conmemorarán el 70 aniversario de su liberación del campo de Mathausen. Ambos, sefardíes y españoles exiliados en aquella hora histórica, son hermanos de patria y de desdicha que sufrieron las aristas de un tiempo abominable”.

El Rey recordó también que en 2014 el diplomático destinado en Grecia Sebastián de Romero Radigales fue declarado Justo entre las Naciones por el estado de Israel. “Con él son ya siete los españoles que han obtenido tal distinción. Se trata de diplomáticos como Ángel Sanz-Briz, Eduardo Propper de Callejón o el propio Radigales; miembros del Servicio Exterior de España como José Ruiz Santaella y su esposa Carmen Schrader; representantes de la sociedad civil en el exilio y la emigración como Martín Aguirre y Concepción Faya”.

“Quiero, naturalmente, rendirles hoy -y siempre- el más profundo homenaje de respeto, admiración y gratitud a todos ellos porque, con valentía y grandeza, hicieron prevalecer el principio de humanidad y decidieron no pasar de largo frente al sufrimiento humano”, añadió en su discurso ante los asistentes al acto, entre quienes se encontraban miembros de la familia Sanz-Briz.

Además del Rey, al acto acudieron el presidente del Senado, Pío García Escudero, los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; de Justicia, Rafael Catalá; y de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, así como diversas autoridades y representantes políticos españoles. También estuvieron presentes los supervivientes Janina Rekłajtis y Jorge Kleinman, venidos de Polonia y de Israel, y Joseph Bohrer y Raquel Abecassis, residentes en España. No faltaron representantes de la comunidad judía y gitana y de asociaciones republicanas españolas. Ante ellos, Don Felipe animó a “extender los valores democráticos como garantía de respeto y de convivencia” y alentó a aprender “la lección de la Historia para que jamás -¡jamás!- algo así pueda volver a suceder”.