En el acto de inauguración oficial de la XXII Cumbre Iberoamericana, celebrado en el Teatro Falla de Cádiz, el Rey elogió la labor que diputados españoles y americanos llevaron a cabo hace 200 años en esta misma ciudad donde se debatió y promulgó la Constitución de 1812, una hazaña que puso como ejemplo de lo que los ciudadanos de un lado y otro del Océano Atlántico pueden hacer desde la colaboración.
Tanto don Juan Carlos como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, coincidieron en animar a las empresas del continente latinoamericano a invertir en España y Europa para colaborar en que el país salga de la crisis económica. Su presencia es “acogida con los brazos abiertos”, dijo Rajoy, que pidió respeto al principio de seguridad jurídica, y elogió a Iberoamérica por combinar austeridad y crecimiento.
En la conferencia de prensa que ofreció junto al presidente panameño, Ricardo Martinelli, y el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, al término de la Cumbre de Cádiz, el presidente del Gobierno expresó su esperanza de que la recuperación económica empiece en España “a partir de la parte final” del año 2013 y subrayó que se podría adelantar si el país resolviese sus actuales problemas de “financiación a unos precios razonables”. Recordó que, “en cualquier caso”, el Ejecutivo espera, al igual que la Comisión Europea, que España registre en 2014 crecimiento económico y creación de empleo.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmó en la Cumbre que la Unión Europea no pedirá más ajustes a España. De hecho, días antes el Eurogrupo respaldó las reformas del Ejecutivo nacional. Además, se conoció que el proyecto de presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 contempla una pérdida de fondos para España de 20.000 millones de euros, por lo que Rajoy se reunió con Durao para tratar este tema.
El presidente del Gobierno español aseguró que la Cumbre Iberoamericana se organizó con dos planteamientos: la necesidad de adaptarse a una realidad bien distinta a la que había cuando comenzaron estos eventos y el convencimiento de que los ciudadanos son el centro de toda iniciativa. Principios ambos recogidos en la Declaración de Cádiz y en otros comunicados especiales emanados de la Cumbre. Para finalizar, se aprobó la creación de un grupo de trabajo que presentará una propuesta formal para reformar las cumbres, que previsiblemente pasarán a ser bienales.