El Rey destaca la entrega solidaria de los emigrantes al desarrollo de España

Reconoció con los Premios Príncipe de Asturias a dos hijos del exilio y al Pueblo Ejemplar de Boal

Los Reyes visitaron uno de los lavaderos que en su día sufragaron los emigrantes para que las mujeres del pueblo no tuvieran que lavar en el río.
Felipe VI y doña Letizia saludan a los vecinos de Boal.
La placa que descubrieron los Reyes en Boal reconoce “el impulso desarrollado por la emigración en la realidad de Asturias desde comienzos del siglo XX”.
Los Reyes en las Escuelas Graduadas de Boal, que tenían un mensaje de recuerdo para la Sociedad de emigrantes en Cuba.
Los Reyes junto a la estuatua que representa a los emigrantes de Boal.
Felipe VI conversa con unas vecinas del pueblo en el lavadero.

La edición de los Premios Príncipe de Asturias 2014 pasó a la historia por ser la primera vez que la presidían Felipe VI y doña Letizia desde su subida al trono y la última en la que se entregan los Príncipe de Asturias, ya que, a partir del año que viene, pasarán a llamarse Princesa de Asturias -en honor a Leonor de Borbón- tras los cambios en la Corona de España.
El otro hecho significativo de este año fue la presencia constante de la emigración española en los actos que se celebraron en Asturias. Por un lado, en la ceremonia de entrega del 24 de octubre en Oviedo, puesto que dos de los premiados son un claro ejemplo de la relevancia de los hijos de españoles que se vieron forzados a dejar el país durante el siglo pasado. El historiador e hispanista francés Joseph Pérez, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2014, nació en 1931 en Laroque d’Olmes (Ariége, Francia), donde sus padres se habían trasladado desde la localidad valenciana de Bocairent. Mientras que el galardonado en la categoría de Comunicación y Humanidades fue el ‘padre’ de Mafalda, Joaquín Salvador Lavado Tejón conocido internacionalmente como Quino, que nació en Mendoza (Argentina) en 1932, hijo de andaluces emigrados a Argentina en 1919.
Al día siguiente, los Reyes entregaron el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias que este año recayó en la localidad de Boal de 1.700 habitantes al oeste del Principado. Don Felipe alabó el ejemplo de los vecinos de este pequeño pueblo que tiene una historia marcada por la actitud “altruista” de sus emigrantes, que a comienzos del siglo pasado buscaron una vida mejor en Cuba y desde el otro lado del Atlántico hicieron generosas aportaciones para mejorar sus infraestructuras y su educación, germen del actual movimiento asociativo que mereció el reconocimiento del jurado.
La llamada Sociedad de los Naturales del Concejo de Boal en La Habana, fundada en 1912, sufragó la construcción de 21 escuelas del Principado, “un hecho único en la historia de Asturias, digno de todo elogio y reconocimiento”, destacó el monarca en su discurso en la Plaza de los Emigrantes de una localidad cuyas casas, muchas de indianos que hicieron fortuna en América, estaban engalanadas con banderas nacionales y asturianas.
Añoranza y melancolía
Consciente de que se trata de una tierra de emigrantes, el Rey se refirió a la “melancolía” de sus gentes por los que se marcharon. “Conocéis muy bien la añoranza, la mirada desde la lejanía, el deseo del regreso y la entrega solidaria de los que emigraron para mejorar la vida de los que aquí quedaron”, apuntó. Desde América, los indianos apoyaron a sus paisanos para que pudieran salir adelante, una actitud altruista que, apostilló, “ayudó a que prendiera en vosotros el gusto por el trabajo compartido y por el asociacionismo, que tantos y tan buenos frutos están dando en el concejo”. “Habéis sabido unir vuestro deseo de mejora con la firme voluntad de superación, estáis progresando y siendo testigos del prometedor impulso económico, social y cultural de esta tierra”, manifestó. Así, don Felipe elogió sus esfuerzos por buscar el equilibrio “entre el progreso y el bienestar”, les reconoció como “verdaderos protagonistas y dueños” de su futuro y les consideró modelo “de cómo es preciso tener siempre esperanza”.
El monarca dijo que esta edición del Pueblo Ejemplar era “muy especial” para él y doña Letizia por ser la primera que viven como Reyes y confesó que se acordaban de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía. Los Reyes se dieron un baño de multitudes en Boal y visitaron uno de los lavaderos que en su día sufragaron los emigrantes para que las mujeres del pueblo no tuvieran que lavar en el río, una escuela erigida en 1912 donde se recreó, con alumnos de Primaria, una clase de la época, y también la Casa de la Apicultura, ya que la miel constituye la principal actividad económica de Boal.