El representante por Estados Unidos en el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), Ángel Capellán, ha realizado un estudio de las modificaciones en materia de nacionalidad contenidas en el proyecto de ley de adopción internacional remitido por el Gobierno a las Cortes en el que critica que dichas reformas son “simplemente un intento desastroso de ofrecer una engañosa solución a tan importantísimo asunto sin que aporte nada nuevo en absoluto”.
Asimismo, Capellán considera que “aún mucho más problemático, esta propuesta es un serio incumplimiento del mandato, ya de por sí exiguo, que se incluyó a ultimísima hora en el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior y que dice: ‘El Gobierno en el plazo de seis meses desde la entrada en vigor de esta Ley promoverá una regulación del acceso a la nacionalidad de los descendientes de españoles y españolas que establezca las condiciones para que puedan optar por la nacionalidad española, siempre que su padre o madre haya sido español de origen, con independencia del lugar y de la fecha de nacimiento de cualquiera de ellos’”.
El consejero por Estados Unidos, que ha formado parte del grupo de trabajo del CGCEE relativo a la nacionalidad, señala que “la propuesta no soluciona los serios problemas de transmisión y recuperación de la nacionalidad entre los españoles en el exterior que aún quedan pendientes. Peor aún, incomprensiblemente, restringe drásticamente los derechos que la modificación de 2002 concedió a los españoles en el exterior”.
“Además -añade- ha desoído repetidamente y ha desechado sin ninguna consideración los acuerdos insistentes y clarísimos de los representantes elegidos de casi dos millones de españoles que residen en el exterior, es decir los consejeros del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior”.
Capellán hace referencia a la espera de un año para que la modificación entre en vigor tras su aprobación y al plazo de dos años que impone para acceder a la nacionalidad. Por otro lado, considera que mantiene vigente la condición de un año de residencia en España para los nietos de españoles, y mantiene la discriminación entre los nietos nacidos en el ámbito iberoamericano y el resto del mundo.
Por su interés para nuestros lectores, en diferentes números publicaremos el informe realizado por Ángel Capellán.