En París, donde el Barça había perdido dos finales de esta competición (1991 y 1996), una de ellas injustamente, ha sido la ciudad en la que se coronó a los azulgrana, un equipo que lo ha ganado todo lo que ha disputado este año.
Fue la noche de Juan Carlos Navarro, el máximo anotador y elegido mejor jugador de la final, el primer español en conseguirlo. Fue la de Ricky Rubio, que se ha convertido en el jugador más joven que levanta esta Copa, pero sobre todo fue la noche del Barça, que firmó un baloncesto de ensueño, el mismo que le había llegado hasta aquí.
Con una defensa perfecta y un ataque certero; desde dentro y desde fuera. Controlando el rebote y cerrando el aro con el carácter intimidador de Fran Vázquez. Si Olympiacos, el mejor equipo ofensivo de la Euroliga, pretendía ganar al Barça, el mejor defensor, pronto se demostró que eso era imposible.
Salvo un triple inicial de Kleiza, todas las ventajas fueron para los azulgrana, que firmaron un primer cuarto espectacular, en cuanto a intensidad y acierto. Además, Juan Carlos Navarro (21 puntos, 23 valoración) volvió a lucir y cuando eso ocurre, si los de Pascual son un equipo complicado de batir, con ‘La bomba’ a pleno rendimiento, son imbatibles.
Pete Mickeal estuvo resolutivo e intenso, y Ricky, el jugador que le da el plus necesario al equipo. El invitado fue Fran Vázquez, espléndido en el juego interior, hasta cuatro tapones regaló a los rivales y así, poco a poco, se fue difuminando Olympiacos y fue creciendo el Barça.
Sólo el orgullo de Papaloukas y el acierto de Boroussis permitieron a los griegos recortar la diferencia (47-36). Pero en el ecuador del partido todo estaba claro. Salvo en triples, el Barça dominaba todas las facetas del juego.
En el único momento de duda del partido, apareció Sada, que no jugó ni un minuto ante el CSKA en la semifinal, para anotar un triple desde ocho metros que congeló a los griegos. Un parcial 8-0, con participación de Ndong, volvió a dar aire al Barça (60-47), que ya no sufrió más.
Al final, el Barça ganó por 18 puntos (86-68), consiguió su segunda Euroliga, su victoria 62 en 67 partidos. Ya ha levantado la Liga Catalana, la Supercopa de España, la Copa del Rey y es el favorito indudable para conquistar la ACB. El mejor Barça, el equipo prácticamente perfecto, no para de ganar.
Antes de que la bocina final sonara Ricky ya estaba cortando la red de una de las canastas. Los jugadores se fundieron entre sí y con los cinco futbolistas (Xavi, Puyol, Busquets, Bojan y Piqué) que vinieron a acompañarles. Muchas lágrimas y Xavi Pascual, como tantas veces vivió Guardiola el año pasado, elevado a los aires en un apoteósico final de fiesta blaugrana.