Necesitaba Schuster un triunfo con urgencia. Las seis derrotas de los ocho últimos partidos preocupaban a la directiva pero no levantaban dudas sobre el futuro del alemán. Sin embargo, en el vestuario se había comenzado a mirar con lupa sus decisiones y planteamientos, especialmente tras su plan de La Coruña.
El Betis volvió a convertirse en una de las ‘bestias negras’ del Barça. El Ruiz de Lopera disfrutó de un partido loco, en el que los azulgrana se colocaron con 0-2 en el marcador pero sus rivales, pese a fallar un penalti, consiguieron una remontada épica (3-2).
El Barcelona, que se fue al descanso con un 0-2 que hizo presagiar una fácil victoria, cambió su imagen de manera radical en la segunda parte. No sólo perdió tres puntos sino también una gran oportunidad de acercarse al Real Madrid mientras que el Betis dio un enorme paso para evitar el descenso de categoría.
El Villarreal confirmó que sus aspiraciones no tienen techo. El conjunto castellonense dio una lección magistral de juego ofensivo ante un Atlético de Madrid inoperante en ataque y desconcentrado en defensa (3-0). El ‘submarino amarillo’ está dispuesto a hacer historia.
El Villarreal aprovechó el 'hara-kiri' del Barcelona en Sevilla para arrebatarle al conjunto catalán la segunda plaza de la Liga y meterse de lleno en la lucha por el título.
El Racing volvió a asaltar los lugares de la Liga de Campeones, ya que se encuentra empatado a puntos con el cuarto, Atlético de Madrid, merced a un sensacional triunfo obtenido en Barcelona, donde derrotó al Espanyol por 0-3.
El equipo de Marcelino García volvió a ofrecer una imagen impecable de su sello futbolístico: lucha, pundonor y constancia en todas las líneas, y dos jugadores en punta (Munitis y Tchité) que lo pelearon todo y que acostumbran a sacar gran provecho de su trabajo.
El Deportivo de La Coruña le dio la vuelta a un gol inicial de Quique de Lucas en el minuto dos de partido con tres goles de Xisco (3-1). Con esta victoria, el conjunto gallego se sitúa cuatro puntos por encima de los puestos de descenso.
El Mallorca logró la victoria ante el Valencia (0-3) en el que supone el primer triunfo del conjunto bermellón en Mestalla en toda su historia. Los goles del encuentro fueron obra de Güiza, por partida doble y Ramis, con un perfecto lanzamiento de falta.
El Getafe vio frenada su buena racha al caer ante un Osasuna que supo aprovechar sus oportunidades. Los madrileños dominaron el juego hasta el momento en el que sufrieron la expulsión de Contra. El cuadro navarro logró un triunfo muy importante (0-2).
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El Barça, una gran decepción
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Es lógico que la afición esté enfadad. Y mucho. Hasta el propio Víctor Valdés reconoce que está justificado dicho cabreo. El Barcelona, con una plantilla de impresión, con jugadores de calidad desbordante, no puede dejar escapar la Liga como si se tratase de un conjunto mediocre, conformista y plano en las ambiciones. Al Barça, su afición, le pide mucho más, muchísimo más. Le pide disputar todos los torneos, le pide entrega en el campo, seriedad, saber hacer, concentración, sacrificio, buen juego. En definitiva, le pide ser un equipo ganador tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Lo lamentable de la derrota en Sevilla ante el Betis y lo que más pesará entre los aficionados es la sensación de decepción. La misma que experimentamos cuando un amigo nos tranciona o un socio nos engaña. Una grande y terrible decepción. Y esa decepción deriva en desconfianza y en enfado. Un enfado supino porque aquello que prometieron no se cumple.
Esa sensación campa a sus hanchas por los pasillos del Camp Nou y las presiones para cambiar al entrenador son cada día más fuertes. Esta derrota, siempre y cuando el Real Madrid no vuelva a domirse en los laureles o se llegue a la final de la Champions -que todo podría ser-, está a punto de provocar un importante terremoto en Can Barça. Pero no hay que engañarse, el seísmo no pillará a nadie por sorpresa. Se veía venir desde hace tiempo.