El presidente de la Fundación Largo Caballero insiste en la necesidad de potenciar la investigación de la emigración a Europa en el franquismo

En las jornadas que se celebran en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Cuenca

Los participantes en la primera jornada de ‘La emigración española a Europa (1959−1975﴿’, encuentro que se está celebrando hoy y mañana en el Salón de Actos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Cuenca, han insistido en la necesidad de potenciar el estudio de la emigración a Europa durante el franquismo. En la apertura de la jornada, Jesús Pérez, presidente de la Fundación Francisco Largo Caballero, subrayó que los trabajadores y trabajadoras encontraron, “tras su llegada a estos países, duras condiciones laborales, problemas de vivienda y de idioma, pero la experiencia de la emigración se convirtió también para muchos de ellos en un lugar de encuentro con las ideas y prácticas democráticas, un lugar de aprendizaje sindical y político”.

“El asociacionismo en el que participaron los emigrantes españoles en el extranjero vertebró una serie de relaciones con grupos sociales, ideológicos o políticos que posteriormente se trasvasaron a la sociedad española, explicó Jesús Pérez, quien recalcó que “en sus equipajes de retorno trajeron a España costumbres de tolerancia y experiencias de negociación sindical”. Por ello, “es justo reconocer que los emigrantes hicieron su aportación particular a la estabilización y a la extensión de hábitos sociales democráticos en España”, concluyó.

Asimismo, señaló que los movimientos migratorios son “una de las prioridades del debate político desde hace muchos años y representan, sin duda, uno de los mayores retos a los que se enfrentará este mundo globalizado, que nos ha tocado vivir, en las próximas décadas». En la apertura de la jornada también tomaron la palabra el director de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Juan Miguel Ortega, el director de las jornadas, Tomas Fernández García y la subdirectora general de la Dirección General de Ciudadanía Española en el Exterior del Ministerio de Trabajo, Yolanda Gómez, institución que ha colaborado con la Fundación Francisco Largo Caballero en la organización de las jornadas.

En la conferencia posterior, titulada ‘La emigración española a Europa: nuevas perspectivas de investigación’, la historiadora Blanca Sánchez, de la Universidad CEU San Pablo, planteó distintas alternativas para profundizar en el conocimiento de la historia de la emigración española a Europa. A su juicio, la falta de diálogo entre las distintas disciplinas que se han ocupado de las migraciones ha tenido un efecto negativo para el análisis de este fenómeno.

En la mesa redonda ‘La emigración española a los países europeos’, Bruno Vargas, de la Universidad de Toulouse, señaló que la emigración española a Francia se produjo como consecuencia de la fuerte demanda de mano de obra para el desarrollo francés, en especial de la agricultura, y, de esta manera, los agricultores franceses pasaron a dirigirse a puestos de la industria cualificados. Vargas también destacó la presencia de españoles en el servicio doméstico, sobre todo en la región de París.

La emigración a Bélgica y Holanda fue analizada por Ana Fernández,  procedente de la Fundación Primero de Mayo. Según explicó, Bélgica fue el primer país europeo con cuyo gobierno el régimen de Franco firmó un acuerdo bilateral de emigración, en 1956. En su repaso histórico, comentó los sectores en los que se emplearon los españoles en ambos países, así como las organizaciones con las que se dotaron y sus características.

El también historiador de la Fundación Primero de Mayo, José Babiano, dedicó su intervención al análisis de emigración española a Suiza. Explicó cómo la política de inmigración helvética planteó la idea de rotación de la mano de obra extranjera, cuya figura central era el temporero. Carlos Sanz, de la Universidad Complutense de Madrid, habló de la situación de los emigrantes españoles en Alemania, que recibió 600.000 españoles entre los años sesenta y setenta. Explicó que, aunque el gobierno alemán acordó con el Instituto Español de Emigración en 1960 que los emigrantes después de un tiempo volverían a su país, cerca de 110.000 españoles decidieron quedarse. “Hoy se considera que los españoles es uno de los colectivos de extranjeros mejor integrados en la sociedad alemana”, subrayó.

En la jornada de mañana viernes, a las 09:30 horas, tendrá lugar la mesa redonda UGT y el reto de la emigración económica, que será moderada por Ana Corral, responsable del Departamento Confederal de Migraciones de UGT, y participarán el eurodiputado socialista y vicepresidente del Parlamento Europeo, Miguel Ángel Martínez, y Manuel Simón, miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT entre 1971-1973 y 1976-1986. 

A las 11:00 horas, se iniciará una mesa de experiencias personales, en la que representantes del colectivo de emigrantes españoles a Francia, Holanda, Bélgica, Alemania y Suiza contarán sus vivencias en estos países. A continuación, a las 13:00 horas, la secretaria para la Igualdad de la Comisión Ejecutiva Confederal de UGT, Almudena Fontecha, clausurará las jornadas.