El presidente autonómico no prevé reunirse con Zapatero ante la inminencia de las generales

Presentará “oportunamente” su declaración de bienes y patrimonio

El jefe del Ejecutivo asturiano, Francisco Álvarez-Cascos, no tiene previsto solicitar un encuentro con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante la inminencia de las elecciones generales previstas para el próximo 20 de noviembre. En su primera rueda de prensa tras acceder al cargo el pasado 16 de julio, Álvarez-Cascos ha señalado que, por el momento, no ha solicitado ninguna reunión con Zapatero, pero que sí ha transmitido al Gobierno central su voluntad de mantener una actitud de “colaboración” con la administración estatal. A su juicio, una vez anunciada la disolución de las Cortes y fijada la fecha de las próximas elecciones generales, se abre un “escenario distinto” a la hora de mantener contactos con el Gobierno central, ya que el gabinete presidido por Rodríguez Zapatero no tiene por delante un mandato de un año. No obstante, ha subrayado que si fuera “imprescindible” estaría “por supuesto” a disposición de aceptar cualquier propuesta de reunión o requerimiento del Gobierno de España.

Reforma legal

Por otra parte, Francisco Álvarez-Cascos, ha garantizado que hará pública “oportunamente” su declaración de bienes, actividades y patrimonio, al margen de que haya finalizado o no la reforma legal que se tramita en la Junta General sobre esta cuestión.

Cascos ha respondido así al PSOE, que le ha retado a “dar explicaciones sobre los cambalaches de su patrimonio” dado que, según los socialistas, los asturianos “no quieren un presidente opaco, oscuro o que dé la sensación de que esté haciendo trampas”. Para el jefe del Ejecutivo regional, resulta “sorprendente” el interés de los socialistas por “invertir el orden de prioridades” dado que lo lógico sería “urgir” a presentar dicha documentación a los cargos públicos “salientes” en vez de a los entrantes.

“Es el mundo visto al revés y alguno tendrá que explicar por qué quiere ver el mundo al revés”, ha apuntado Álvarez-Cascos, quien ha subrayado que el objetivo de la declaración patrimonial no es “conocer lo que en la vida privada cualquier persona tenga o deje de tener” sino conocer la evolución del patrimonio de quienes han tenido responsabilidades políticas.