El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suspendió cautelarmente al juez Baltasar Garzón y dejó en el aire su futuro más inmediato, ya que tras obligarle a abandonar la Audiencia Nacional aplazó la decisión sobre su solicitud de traslado a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya.
La suspensión, acordada por unanimidad por el presidente del CGPJ, Carlos Dívar, y los diecisiete vocales presentes en el pleno extraordinario celebrado en la mañana del 14 de mayo, es consecuencia directa de la decisión del magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela de abrir juicio oral a Garzón por un delito de prevaricación por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo, informó EFE.
Por la tarde, la Comisión Permanente debía estudiar la solicitud de Garzón de trasladarse durante siete meses a La Haya, pero aplazó su decisión a la espera de recibir nuevos informes con los que, entre otras cosas, pretende saber si tras la suspensión del juez la Fiscalía de la Corte Penal Internacional mantiene su oferta laboral y si el puesto de consultor externo conlleva o no inmunidad y de qué tipo.
También preguntó si la contratación de Garzón afecta a las actuaciones que se tramitan en esa sala, que además de la que provocó su suspensión instruye otras dos querellas contra él, una por ordenar las escuchas del caso Gürtel -sobre el que Garzón acaba de declarar que las indicó para evitar la salida de fondos captados por la trama- y otra por la financiación por el Banco Santander de unos cursos que impartió en Nueva York. Más rápido fue el Poder Judicial al notificar la suspensión cautelar -trámite imprescindible para hacerla efectiva-, que llegó a manos de Garzón minutos antes de las 20:00 horas.
Garzón no pudo contener la emoción antes las muestras de apoyo y de afecto de los funcionarios de su Juzgado, del resto de los jueces de instrucción -y muy especialmente de Santiago Pedraz y de Fernando Andreu- y de miembros de la Fiscalía. Las lágrimas asomaron a su rostro cuando -en compañía de su mujer, Rosario Molina- abandonaba el edificio de la Audiencia sobre las 14:00 horas entre los aplausos, los abrazos y los besos de decenas de personas que se agolpaban a la puerta de la sede judicial, a la que regresó por la tarde para recibir la notificación de su suspensión. Garzón dejaba así atrás -de momento sólo provisionalmente- el Juzgado desde el que ha instruido algunas de las causas más importantes de la historia judicial española e internacional. Los sumarios de los GAL, las causas contra ETA y su entorno, y las investigaciones sobre el terrorismo islamista en España, mucho antes del 11-M, están entre ellas.
Lo que le dio fama internacional fue el procesamiento del dictador Augusto Pinochet. La Fiscalía pidió la nulidad radical de los autos por los que el magistrado Luciano Varela dio un plazo “excesivo” a las acusaciones populares.Por su parte, el Gobierno, ante una moción de ICV, asumirá la búsqueda y exhumación de fosas comunes con víctimas de la Guerra Civil.