La afición de un Camp Nou semivacío, ha despedido a los suyos con pañuelos.
El Barcelona se destensó definitivamente ante el Getafe, rival de poca historia y mucho empaque, en un partido en el que se quedó sin luces, apagado pese a sus méritos y obligado a conformarse con un empate (0-0) que le condena a seguir instalado en el tercer puesto del campeonato y a recibir las críticas de su público, expresadas con una pañolada en el pitido final.
El Real Madrid ha vuelto a sufrir a domicilio pero al menos ha salvado un punto en su visita a Son Moix (1-1). El Mallorca, que ha dispuesto de mejores ocasiones y ha visto como Daudén Ibáñez les ha perjudicado en la primera parte, ha perdonado a los blancos de sumar una nueva derrota.
Esta es otra pequeña historia que no es nueva, que ya se ha contado y que incluso retumba en los oídos. El líder en campo ajeno, marcando primero, sufriendo después y en ocasiones, viéndose favorecido por errores arbitrales. Las diferencias radican en que en seis llegadas los de blanco siempre suelen meter al menos una, y los rivales, doblando la estadística, una o ninguna.
El Atlético de Madrid derrota 6-3 a un Almería que se vio impedido desde el primer minuto por las expulsiones de Pulido y Juanito. El equipo de Aguirre consumó la victoria en una segunda parte sin historia en la que el cansancio derrotó a los andaluces. Simao y el Kun, bigoleadores.
El Sevilla ha vuelto a mostrar su mejor versión y se deshace del Villarreal (2-0) en un partido que podría haber acabado en goleada si no es por la gran actuación de Diego López. A los amarillos les pesa el segundo puesto y no pueden recortar puntos con el Madrid.
El conjunto de Manolo Jiménez, con los tres puntos recorta diferencias con el quinto clasificado (Racing) y se mantiene al acecho del Atlético de Madrid (el último en los puestos de Liga de Campeones), aumentando así sus aspiraciones a acabar al final de temporada entre los cuatro primeros.
El Deportivo de La Coruña, de la mano de un Xisco sobresaliente, autor de dos de los tres goles deportivistas, gana al Racing con todo merecimiento en un partido que el equipo gallego ha encarrilado en el primer minuto de juego y en el que no ha pasado ningún tipo de apuro. Los coruñeses se sitúan, gracias a esta victoria, en el puesto decimotercero, a siete puntos del descenso y practicamente con la salvación asegurada.
El Real Betis deja tocado, y casi hundido, al Real Zaragoza tras batirle (0-3) en La Romareda con una gran actuación de Mark González. Los de Manolo Villanova lo han intentado, pero tras esta dura derrota, quedan en puestos de descenso, el Betis ya está prácticamente salvado.
El Valencia sumó una nueva derrota que complica, aun más, su situación. El conjunto ‘che’ se acerca peligrosamente a los puestos de descenso. Mientras, el Murcia puede seguir soñando con una salvación que aunque difícil, no es imposible, gracias al solitario gol de Iván Alonso que decantó el partido para el Murcia por (1-0).
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Dos clásicos que se hunden
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En la pelea por evitar el descenso, el Deportivo y el Betis han dado un gran paso para mantenerse en Primera División la temporada que viene. Sin embargo, dos equipos clásicos, Valencia y Zaragoza, que en esta campaña partieron, uno como favorito al título y el otro, como favorito a terminar entre los seis primeros, van a terminar pidiendo la hora.
Los ‘che’ han pasado una de las peores temporada de los últimos años. El club ha vivido una crisis institucional galopante y se han tomado una serie de decisiones que han afectado muy negativamente al rendimiento del equipos. Apartar a Albelda y a Cañizares del equipo, sin despedirlos, parece que no ha sido la solución. En cuanto al Zaragoza, el equipo maño comenzó bien. Hacía un buen juego, ganaba partidos y convencía a su afición.
Pero los dos tienen algo en común: sus directivas decidieron cambiar a los entrenadores en cuanto vinieron los primeros reveses. El despido de Quique Sánchez Flores y de Víctor Fernández no ha solucionado ningún problema. Es más, ha empeorado. Koeman, en Valencia, no ha conseguido nada. Y en Zaragoza fue aún peor. Tras Víctor Fernández vino Irureta. Jabo, que vio el percal, escapó y dimitió en quince días. Le sustituyó Ander Garitano, y casi ni tomó posesión. Por último, Manolo Villanova, que está haciendo lo que puede.
Es una decisión complicada. Cambiar al entrenador al principio de la temporada, cuando las cosas quizás no marchen bien pero tampoco son catastróficas, no suele traer buenos resultados. ¿Acertaron las directivas de ambos clubes?