El argumento que los detuvo fue que el 52% de los ingresos para cubrir el funcionamiento de la institución lo pone la Xunta de Galicia.
Con la finalidad de analizar el balance cerrado al 28 de febrero de este año, se realizó la asamblea general de socios del Centro Gallego de Montevideo, a la que concurrieron casi un centenar de afiliados habilitados.
Aprobado por la comisión fiscal, el balance presentaba un patrimonio en bienes superior al millón trescientos mil euros, así como casi noventa mil euros en depósitos y efectivo, siendo las cuentas a cobrar de poco más de dos mil euros.
Sin embargo el análisis de los ingresos permite descubrir la verdad de las declaraciones de su presidente Calvo Pan cuando anunció a España Exterior que si la Xunta de Galicia deja de colaborar con el Centro Gallego, éste tiene que cerrar sus puertas.
Es que en el pasado ejercicio el aporte realizado por el gobierno gallego superó el 52% de los ingresos total que tiene la institución, entre los que se detalla que la cuota social solo cubre el 13% y el esfuerzo que realiza las distintas comisiones para organizar fiestas, aporta casi lo mismo, un 12,5%.
Reñida pelea por el poder
Si tuviéramos que definir la asamblea del Centro Gallego, podríamos equipararla más a lo que es una contienda deportiva de boxeo que a una reunión de socios que buscan el bien común de una institución que todos quieren.
Es que a cada propuesta a votación que se hacía se dividían las manos levantadas entre los que pertenecían a una lista y los que pertenecían a otra, que casi eran números iguales, poniendo la diferencia quienes no eran ni de una ni de otra.
El clima se iba calentando a medida que se iban dando votaciones tras votaciones, con discusiones que encerraban todas un único punto de discordia que era la elección del año pasado que aún sigue impugnada y contendiéndose dentro del Ministerio de Educación y Cultura uruguayo.
Afortunadamente al final de la asamblea en los puntos varios se sucedieron distintas conclusiones de socios y directivos que pusieron, tanto unos como otros, la imperiosa necesidad de que “trabajemos todos juntos” olvidando “los bandos que se formaron”, bregando todos por el fin común que es la existencia y engrandecimiento del Centro Gallego.
Es que la realidad resulta incontrastable: el centro gallego más antiguo del mundo permanece abierto gracias a que la Xunta de Galicia aporta el 52% de su presupuesto, pero si las peleas continúan entre sus socios, ¿continuará esa ayuda?.
La respuesta a esta interrogante está haciendo meditar a los directivos y a la oposición que pretendía una nueva elección, en tanto el resto de los socios procuran que la paz reine nuevamente y continúen llevándose adelante eventos que propaguen la cultura de Galicia en Montevideo.