Entrevista con Jesús Caldera, vicepresidente de la Fundación Ideas y ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

“El Instituto Ramón Rubial seguirá trabajando para garantizar los derechos de los españoles en el exterior”

“Al pedir la ampliación de la nacionalidad, hemos sido conscientes de que el país necesitaba más gente y que un objetivo esencial era extender la nacionalidad española por si los descendientes quieren venir a España”

El vicepresidente de la Fundación Ideas y ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera.

¿Cuál es la nueva situación del ahora denominado Instituto Ramón Rubial dentro de la Fundación Ideas?
Por mandato del Congreso del Partido Socialista, hemos creado una sola institución, un laboratorio de ideas, una fundación, que incorpora al resto de las fundaciones que antes teníamos. Esto no significa que disminuyan su papel, sino que lo incrementan: teniendo una gran institución, vamos a tener más capacidad de cumplir nuestros fines. En el caso de la Fundación Ramón Rubial, se mantiene íntegramente, aumentará su presencia en Latinoamérica especialmente, ya que vamos a unificar todos los recursos que antes recibían las fundaciones, vamos a ponerlas al servicio de una política única de cooperación y de apoyo a la comunidad de ciudadanos españoles en el exterior, para garantizar que los fines fundacionales del ahora Instituto Ramón Rubial se cumplen. Además, le vamos a dar una dimensión más intensa, ya que en España el Instituto va a realizar políticas relacionadas con los inmigrantes, con los ciudadanos que nacieron el exterior y que viven en España. Es decir, se mejora el presupuesto, se incrementan los recursos y se mantienen intactos su espíritu y compromiso.

¿Qué actuaciones más importantes desarrolla el Instituto a favor de los emigrantes y cuáles son sus proyectos de futuro, tanto las acciones concretas como sus aspiraciones, sus objetivos a largo plazo, su posicionamiento?
Los españoles que viven en el exterior son parte de nuestra comunidad. Precisamente, en la anterior legislatura fui ministro del ramo e hicimos una política integral para que todos los españoles tuvieran los mismos derechos y obligaciones, y pudieran disfrutar de los mismos estándares. Esto se ha convertido en una política de Estado que yo celebro porque la impulsó el Partido Socialista y yo mismo -como ministro-, a través del Estatuto de la Ciudadanía en el Exterior. Estos españoles nos ayudaron mucho en los momentos difíciles y ahora el Estado debe volcarse con aquellos que tienen dificultades. Esa ya es una política integral de Estado que implica garantías de pensiones, de asistencia sanitaria e incluso de atención a las personas dependientes, aspecto que se está desarrollando poco a poco; participación política, políticas de retorno… Todo eso forma parte de una gran política permanente de Estado, que ha construido un Gobierno progresista. El Instituto Ramón Rubial pertenece al Partido Socialista, por tanto tiene presencia en el exterior para ayudar a todos los ciudadanos, especialmente en la garantía de esos derechos que las leyes les han concedido. En ese sentido, tenemos proyectos concretos, ya que el Instituto se presenta a convocatorias del Estado español para gestionar programas como los de dependencia, de ayuda a ciudadanos en situación económica de dificultad y con planes de igualdad, especialmente para mujeres con dificultades. Por tanto, seguimos manteniendo nuestra presencia gestionando programas, pero especialmente haciendo un trabajo a favor de la comunidad de españoles en el exterior y garantizando -como intermediarios- que los ciudadanos reciben las prestaciones necesarias y ejercen los derechos que las leyes les atribuyen. Ese es nuestro gran papel, y lo vamos a seguir ejerciendo con toda intensidad.

En su opinión, y con su experiencia como ministro del ramo ¿cuál es el papel que deben jugar los españoles residentes en el exterior en el presente y en el futuro?
Son los mejores embajadores de España . Además, la comunidad española -y esto lo he comprobado porque he visitado casi todos los países- tiene un gran aprecio de parte de esos países, donde se les considera una comunidad de ciudadanos honestos, trabajadores y sobrios, también. Esa es la mejor tarjeta de presentación de España. Después de ellos, un número importante de empresas españolas se ha globalizado y tiene una presencia activa en el exterior, lo cual beneficia a los que están fuera y los que están dentro del país. Ese papel es indiscutible, es el papel de espejo, de embajada y de representación de España en el exterior, y de una cultura muy diversa. Eso es lo que mejor nos representa. Ellos son importantísimos, son parte de nuestra comunidad. Además, no sólo el Instituto sino toda la Fundación Ideas va a desarrollar una estrategia de apoyo a la cultura en el exterior y a la lengua española. El español es la tercera lengua universal y tiene grandes posibilidades de futuro, como ocurre con la cultura y el libro. Todo eso lo vamos a apoyar y dinamizar con una visión social y económica. Por supuesto, los españoles en el exterior son una parte importantísima de esa estrategia. El Instituto Ramón Rubial hace programas especialmente en el Cono Sur, donde más presencia tenemos y más numerosa es la comunidad española en el exterior, en Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, Chile, etc-.

¿Qué prioridades deben abordarse para mejorar la situación de los españoles en el exterior?
Sin duda, la prioridad son las personas en situación de necesidad. Por fortuna, la mayoría de los españoles en el exterior gozan de una buena situación económica y una adecuada integración social. La emigración española en Europa, por ejemplo, goza de un estatus razonable. Han sido trabajadores industriales, con buenos salarios y protección social. Pero en algunos países de América Latina, las crisis han golpeado mucho a nuestras comunidades. Los más vulnerables son aquellos con menos recursos y la población mayor, la jubilada. En ese aspecto, yo mismo desarrollé un programa de incremento de ayudas y pensiones, y hoy en día estamos pagando 60.000 pensiones en el exterior. Cuando llegamos al gobierno eran 15.000, las multiplicamos por cuatro. Hoy hay convenios sanitarios para dar mejor protección, como en Argentina, o farmacéuticos, como ocurre en Brasil. Creo que como Gobierno hemos reducido mucho la pobreza y la situación de exclusión de una parte de la ciudadanía en el exterior. Hay que seguir trabajando en esa línea. Otra de las prioridades son las mujeres, especialmente las viudas, que en ocasiones se encuentran en situación difícil.

¿Considera que todas las circunstancias que rodean al hecho del retorno están lo suficientemente atendidas?
Yo creo que se ha avanzado muchísimo. Hace años te podías encontrar con españoles que tenían dificultad para retornar, especialmente por escasez de recursos económicos, pero eso lo hemos superado bastante. Ahora, si al llegar a España no se tiene trabajo, hay un tiempo de desempleo; también se pueden recibir pensiones no contributivas; hay una Oficina del Retorno; hay una política integral en torno al fenómeno en la que también participan las Comunidades Autónomas. Siguen quedando problemas, pero tengo que decir también que el retorno se sigue produciendo: en este momento viene más gente a España que españoles van fuera. Hoy hay una emigración profesional de gente que va y viene. En tanto, nuestros emigrantes mayores están volviendo a España y creo que están razonablemente bien atendidos. La política de integración social ha sido un éxito.

Los jóvenes descendientes de españoles en el exterior están pidiendo que haya más incentivos a nivel del Estado para retornar.
Hay que decir que, precisamente, los españoles de segunda y tercera generación en Europa son los que tienen más derechos, por ser ciudadanos comunitarios: tienen libertad de circulación y establecimiento, reconocimiento de sus títulos académicos, pueden vivir -por ejemplo- en Bélgica y en España, etc. Otras comunidades lo tienen más difícil, por ejemplo, en el reconocimiento de títulos. Pero sí, se puede mejorar. Además, al pedir la ampliación de la nacionalidad, hemos sido conscientes de que el país necesitaba más gente y que un objetivo esencial era extender la nacionalidad española por si los descendientes quieren venir a España. Ese ha sido un gran paso. Que los jóvenes se sientan atraídos es muy bueno para España. Ahora, el mercado laboral tiene problemas, pero hubo un momento en que era floreciente y en que toda la mano de obra se absorbía muy bien, y eso volverá a ocurrir. El país es muy atractivo para los descendientes, la integración social es muy sencilla y los españoles en edad activa que quieran volver deben también valorar cuál es su especialidad y ver si hay trabajo en ese espacio. Ahora lo tienen difícil, pero cuando haya una recuperación económica, todo eso va a ser atractivo. Yo les animo a que vuelvan.

¿En la Fundación Ideas han elaborado algún tipo de informe sobre el voto de los residentes en el exterior? ¿Cuál es su opinión al respecto?
Sí, por supuesto. Yo mismo incorporé una propuesta: crear una circunscripción en el exterior, que está siendo discutida y que espero que todos los grupos políticos apoyen. Hay unos problemas de encaje constitucional, pero parece que es posible crearla al menos para el Senado. En mi opinión, eso hay que hacerlo, espero que sea para las próximas elecciones y los españoles en el exterior puedan elegir sus propios representantes. Además, yo apuesto por un voto en urna, y con ello favorecer a acercar el proceso político a los ciudadanos que viven fuera para que puedan votar directamente en urna en Argentina, Francia, Alemania, etc., y que no tengan que hacerlo sólo por correo.

¿Qué le ofrece la Fundación Ideas a los residentes en el extranjero?
Somos un punto de referencia porque tenemos, por una parte, programas de atención a los españoles que viven fuera y, en ese sentido, queremos ser una garantía para el ejercicio de los derechos. Además, promovemos actividades culturales y también una presencia de España en el exterior para los progresistas, para las personas de nuestra ideología, que es una buena carta de presentación. Vamos a aumentar la presencia en el exterior y va a estar dirigida a los españoles y también a los ciudadanos de cada uno de esos países, explicando lo que es España y que el país ha avanzado. Es una de nuestras tareas principales.

De su relación con los emigrantes en su etapa como ministro, ¿qué conclusiones ha sacado sobre su situación y su relación con España?
Es una comunidad ejemplar porque tiene cariño a España y siempre está presente. Siempre recuerdo la imagen vívida de los niños de la guerra, para quienes hicimos una ley especial por todo lo que habían sufrido… y recuerdo especialmente a los que vivieron en Rusia: a pesar de que muchos de ellos no habían podido venir a España en 40 o 50 años, seguían manteniendo la llama del cariño por el país. Los españoles se han integrado muy bien en todas partes, han dejado una buena imagen y normalmente han conseguido llevar una vida digna. Los problemas han venido en las crisis graves en los países a los que fueron, como ocurrió en Argentina, quizás donde más se sufrió. Creo que gracias a la actuación del Gobierno español y de todos los españoles eso también se ha superado. Yo tengo una opinión fantástica.

¿Qué otras iniciativas está desarrollando la Fundación Ideas?
Una de las líneas tiene que ver con la inmigración en España, para prestar servicios a una comunidad que vino a trabajar con nosotros, igual que les pasó a los emigrantes españoles en el exterior. Si queremos que los españoles sean bien tratados en el exterior, tenemos que atender bien a quienes vienen aquí y estamos trabajando en esa posibilidad. Pero tenemos una visión amplia, así que estamos trabajando en la nueva economía, en cómo luchar contra el cambio climático, cómo mejorar la energía basada en renovables y cómo mejorar las políticas de igualdad. Lo que hacemos son informes proponiendo alternativas para que luego los poderes públicos puedan utilizarlas. Lo que nos preocupa son las tres grandes crisis: la económica-financiera, la climática y la crisis de alimentos en el mundo, de pobreza. Las tres van juntas, son muy graves y lo que intentamos es dar alternativas, los estudios, preparando propuestas y presentándolas públicamente.

¿Cuál sería su mensaje para los residentes en el exterior?
Primero, mis mejores deseos para todos ellos y, segundo, que confíen en España, porque este es un gran país. Yo sé que aunque muchos de ellos, sobre todo por razones familiares, van a continuar viviendo allí donde están, nunca van a perder el vínculo con España y que aquí serán siempre bienvenidos. Tenemos los brazos abiertos.