Si el Gobierno español no ayuda al Hogar Español de Montevideo, su subsistencia sería limitada en el tiempo ya que tiene un déficit anual de un millón cien mil euros y desde hace tres años viene vendiendo patrimonio para solventar las rebajas de ayudas y retrasos en llegar el dinero de los convenios firmados.
Esta cruda realidad quedó al descubierto en la Asamblea Ordinaria del Hogar Español de ancianos de Montevideo que se celebró en la noche del último día de abril con la presencia como presidente de honor del nuevo embajador español, Roberto Varela, acompañado por el cónsul general, Eduardo de Quesada, el jefe de la Consejería de Empleo y Seguridad Social, Carlos Cortón, y del presidente del Hogar, Antonio Ríos, en la que sería su última participación como titular de esta institución. También acudieron otros integrantes de la directiva que junto a representantes de todas las instituciones españolas y socios colmaron la sala de reuniones del buque insignia de la colectividad en Uruguay.
Ayudas no llegan
Los balances descubren la crítica realidad financiera y económica del Hogar Español, que con un costo mensual de 187.000 euros para brindar asistencia a 181 residentes, tiene un déficit anual de 1,1 millones de euros.
Si bien el déficit se redujo en un 38% con relación al año anterior, igualmente no se ha logrado equiparar los ingresos genuinos con los gastos, por lo que desde hace más de una década el aporte extraordinario del Gobierno español y de varias autonomías, ha sido quien ha cubierto los números rojos.
Sin embargo, en esta oportunidad según explicó el presidente Antonio Ríos, “en lo que va de 2012 recibimos la visita de las principales autoridades de España que son a su vez los principales donantes que tiene la institución, y ninguna visita nos dijo que no nos van a ayudar, pero si nos han transmitido de que no se sabe cómo ni cuándo”.
Aclaró también que en la visita del director general de Migraciones, Aurelio Miras Portugal, “la principal ayuda que recibimos el año pasado proveniente de un fondo presupuestal del Ministerio de Empleo que ha desaparecido y en este momento ese fondo no tiene recursos se nos informó que esa principal ayuda no está y no será posible recibirla como hasta ahora”.
Ríos explicó que la “promesa de las autoridades serán tres o cuatro caminos a recorrer que puedan llegar a sustituir esa ayuda. Y algo similar ocurrió con las autoridades de Galicia, con quien tenemos firmados varios convenios pero no nos llega el dinero, y se nos dijo que el 30 de marzo deberían llegar porque es una fecha tope, pero no han llegado aún un mes después. Llamamos permanentemente y sabemos que el mensaje es solidario pero la concreción está por el momento ausente”.
Los números críticos
El Hogar Español alberga a 168 emigrantes españoles y 13 uruguayos o de otras nacionalidades, que residen allí por ser cónyuges de españoles. De ese total 126 nacieron en Galicia, 14 en Asturias, 4 en Andalucía y similar cifra en Madrid y en Cataluña, 3 en Aragón, 2 en Navarra y también 2 en el País Vasco, y uno en Castilla-La Mancha, otro en Islas Canarias, otro en Cantabria y otro en las Baleares.
Las mujeres son mayoría y el promedio de edad oscila en los 86 años, destacándose tres que este año cumplen 100, 103 y 106 años.
Si bien el Hogar Español por estatuto solo puede atender a auto válidos, la realidad es otra ya que en la actualidad hay un 75% de residentes dependientes, explicando la directora técnica, doctora Gema Fernández, que si bien van envejeciendo en la institución, “un alto porcentaje ingresó con cierto grado de dependencia”.
A esta cruda realidad se le agrega la crítica situación financiera y económica del Hogar que tiene anualmente un gasto operativo aproximado de 2.250.000 euros, contra unos ingresos genuinos inferiores al 1.150.000 euros, lo que arroja un déficit anual de algo más de 1,1 millones de euros.
Las cifras se pueden presentar de distintas formas, se puede decir que diariamente hacen falta 3.000 euros más de ingresos para sostener el funcionamiento del Hogar o que el dinero que ingresa alcanza para poco más de seis meses. Lo cierto es que si no se produce un ingreso extraordinario por ayudas que en el pasado venían en su mayor porcentaje del Gobierno central y de autonomías, se continuará liquidando el patrimonio de la institución que ya ha tenido que vender un 25% de sus reservas para hacer frente a los gastos.
Carencias y falta de compromiso del personal
Ríos explicó también que la reducción de funcionarios, enviando al seguro de paro en forma rotativa al 97% del personal y despidiendo a algunos, como el gerente, además de realizar economías en diversos insumos, igualmente consiguiendo reducir el presupuesto en un 38%, no se ha logrado alcanzar la autonomía financiera ya que tan solo 42 familias de los 180 internos están colaborando de alguna forma.
Justamente el sindicato de funcionarios colocó un cartel frente al Hogar Español donde denuncian la situación que viven en la institución, aunque Ríos explicó que “parece que alguien le dio un mensaje equivocado a los funcionarios a pesar que nosotros le permitimos a los técnicos del sindicato revisar los libros para determinar la situación de crisis por la que atravesamos”.
Es que un volante de la Asociación de Funcionarios del Hogar Español de Ancianos explica que “la crisis del Hogar Español está saneada pero los funcionarios y residentes todavía la sufrimos: falta de personal, por sobrecarga de trabajo se nos fueron licenciados y enfermeros, auxiliares de servicio y mantenimiento”. Agregando también que “se sufre presión laboral y falta de respeto. Los funcionarios afiliados decimos: Basta Ya”.
Buena noticia
En otro orden, el presidente ha dado una buena noticia ya que aún sin firmar pero adelantado por los gerentes en forma verbal, las dos mutuales médicas españolas: Casa de Galicia y La Española, se harán cargo del coste de veinte camas del sector donde están los residentes totalmente asistidos, lo que significa un gran avance en la materia.
La asamblea posibilitó también la oportunidad para que la hija de un interno que hace poco más de un año que está en el Hogar explicara que los residentes que “están en el primero y segundo piso solo tienen tiempo para transcurrir hasta la muerte, entonces eso es muy doloroso”, aclarando que “el tema es desde el apoyo del área social (vale aclarar que la asistente social no brindó informe alguno a la asamblea a pesar que se le dio la palabra) y los controles, porque hay medicación para dar y no se sabe quién es el responsable”, justificando que se le dijo que se solucionarían estos inconvenientes pero precisó que “los tiempos de ellos (los residentes) no son los mismos que los tiempos que se puedan tomar para otra circunstancia.
«De qué lugar podemos comprometernos para ayudar y acompañar a los ancianos, porque tienen miedo y están tristes, en realidad no tienen que hacer, pasan horas y horas mirando televisión porque no pueden bajar”.
Esta familiar dejó varias preguntas en la asamblea que no fueron contestadas, como si “¿está enterado todo el personal, que diálogo hay de todas las partes, porque cada uno tira para su parte?”, pidiendo que en algún momento se reúnan todos los sectores: directivos, funcionarios y familiares, para “buscar mejorar la vida de los ancianos”.
Ríos le respondió que “recibimos sus comentarios y los estudiaremos en el consejo”, aunque le aclaró sobre actividades que debían darle a los ancianos y que por falta de recursos económicos no le están brindando, “nos encontramos algunos días en que no tenemos dinero para comprar la carne o el pan, y eso lo tenemos que resolver antes que lo otro”, aseguró con gran tristeza.
Mientras tanto un emigrante asturiano que reside hace poco tiempo en el Hogar dijo que había problemas pero destacó el trabajo de la doctora Gema Fernández y de la administradora Vicenta González, al tiempo que el cónsul De Quesada pidió un aplauso para el saliente presidente Antonio Ríos que si bien se aleja de su cargo, ocupará otro en la Comisión Fiscal.