El Hogar Español de ancianos de Montevideo solo tiene liquidez hasta el próximo 31 de julio

La reducción de las ayudas públicas ahoga a la entidad que finalizó el ejercicio de 2010 con un déficit de algo más de 600.000 euros

Asamblea del Hogar Español de Montevideo.

La asamblea de socios del Hogar Español de ancianos celebrada el pasado miércoles 27 de abril marcará, sin duda, un antes y un después de la misma, ya que tanto las autoridades españolas como la propia directiva desnudaron la crítica situación por la que atraviesa la entidad y hasta dejaron entrever qué harán dentro de pocos meses si ya no hay más dinero para sostenerlo.
Una mesa presidida por la embajadora española, Aurora Díaz junto al presidente del Hogar, Antonio Ríos, con la secretaria del mismo, Esperanza Pereira, el tesorero, José Luis Álvarez, el contador Héctor Álvarez, el cónsul español Eduardo de Quesada y la consejera de Trabajo, Rosa Fuentes, se enfrentó a una asamblea con representantes de casi todas las instituciones españolas y varias decenas de socios del Hogar.
Abrió la sesión la embajadora Díaz que afirmó que la solidaridad de las diferentes administraciones españolas -central, autonómica y local- con el que se denomina buque insiginia de acción social de la colectividad española en el exterior “ha sido muy grande” para añadir que “pero claramente hay momentos en los que simplemente no se alcanza” para puntualizar a continuación que “nos encontramos con una situación complicada, que no tiene una única causa” refiriéndose al balance de cuentas del Hogar que todos los asambleistas tenían en sus manos.
La embajadora hecho la culpa de la crisis del Hogar a “la legislación laboral del Uruguay”, “a los tipos de cambio”, “a determinada situación económica que ha influido de una forma u otra en la financiación del Hogar”, recalcando que “cual ha sido el origen creo que importa menos” y si “quién va a participar en la solución” sugiriendo que sean todos los españoles que residan en Uruguay quienes se hagan cargo de “echar una mano, ver cada cual dentro de su responsabilidad ver lo que puede hacer”.
Alarma
Si bien fue aplaudida por los asambleistas muchas fueron las interrogantes que dejó ese pedido de la representante del Gobierno español, continuando luego el presidente Antonio Ríos a explicar que el informe que parsentó fue elaborado por toda la directiva.
Informó también que se han pasado todo el ejercicio controlando los gastos, disminuyéndolos sensiblemente en muchos casos, pero recalcó que el problema está en los ingresos.
En ese capítulo las cuotas de los socios alcanzan los 13.000 euros anuales, mientras que el 30% de las jubilaciones y pensiones que cobran los residentes, que quedan depositadas a nombre de ellos para que las administren, “no pueden ser usadas por el Hogar ni siquiera una vez fallecidos, porque no se les hacía firmar un compromiso de donación a la entidad de esos bienes y hay que esperar a la tramitación de la sucesión para usarlos. Eso en la actualidad alcanza los 120.000 euros”, ejemplificó Ríos.
Señaló Ríos, muy angustiado, que las ayudas del Gobierno de España en el ejercicio 2010 se redujeron en 225.000 euros y que para el ejercicio 2011 el recorte podría ser mayor.
Sostuvo este pronóstico con el ejemplo del Centro de Día que se “sostiene con aportes de Galicia, que en el año pasado fue con un aporte de 75.000 euros y terminamos de firmar un convenio para este año por 20.000. Vean ustedes las dimensiones a las que nos podemos enfrentar en este 2011”.
Solo hay dinero hasta el 31 de julio
Esto ha llevado a encender las luces de alarma denunciando el presidente que “a 31 de julio el Hogar no tendrá liquidez para continuar con su actividad”.
En ese momento, añadió, “echaremos mano a las reservas en propiedades, títulos y dinero de legados”, explicando que “en la actualidad están trabajando en un proyecto viable y sustentable que pueda también elevarse a las autoridades del Gobierno central de España como una forma de pedir ayuda y en un determinado plazo, a los efectos de poder ejecutarlo”.
Endurecer el ingreso
Ese proyecto está encaminado hacia la habilitación de un protocolo de ingreso aún más duro que el actual y donde los familiares si los hubiera, colaboren con algo, además de la propia jubilación o pensión del residente.
Leyendo el artículo primero de los Estatutos del Hogar, Ríos dejó al descubierto una triste realidad de la institución que se ha convertido en algo para lo que no fue creada. En los Estatutos se establece que el Hogar está “destinado a los españoles nativos, ancianos, desamparados de familiares, que no necesiten indispensablemente ser atendidos en establecimientos sanitarios”.
Compensaciones con las mutuas
“El 77% de los 198 residentes necesitan atención sanitaria” y así “no vamos a poder continuar” porque esa atención “hay que pagarla o se buscan fórmulas de compensación”, refiriéndose a las mutulistas Española y Casa de Galicia, que tendrían que brindar en los hogares de ancianos los mismos servicios que hoy presta el Hogar Español.
Acongojado, Ríos explicó que “no vamos a poder llamar a los familiares de todos los residentes si el 31 de julio no podemos resolver la situación. No podemos porque hay muchos que no tienen la condición de tener un familiar a quien llamar”.