El hogar de ancianos españoles &#145La Casa de los Sabios&#146 de Córdoba ampliará sus instalaciones

Gestionado por la Hermanitas de los Ancianos Desamparados, cuenta con el apoyo de la Consejería de Trabajo

La institución, ubicada en barrio Marqués de Sobremonte de la ciudad de Córdoba, está dirigida por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, religiosas especializadas en Gerontología, rama de la Medicina que estudia los problemas de salud de los adultos mayores.
Esta congregación nació en Valencia, España, el 27 de enero de 1873 por iniciativa de Santa teresa de Jesús Jornet y del sacerdote Saturnino López Novoa. Actualmente existen hogares en tres continentes: Europa, América y África. Sin ir más lejos, en España hay más de 300.
La congregación se divide en provincias que tienen 15 casas cada una. Argentina, Chile y Brasil forman una provincia llamada Santa Rosa de Lima cuya sede está en la ciudad de Buenos Aires.
Llegar a La Casa de los Sabios es ingresar a un lugar lleno de luz, a un espacio cuidado con dedicación y esmero, donde los ancianos son tratados con respeto y cariño, como debería tratarse siempre a quienes ya entregaron mucho de sí en cuanto a años de trabajo pero que aún pueden brindar amor, solidaridad, amistad y toda la sabiduría que las personas acumulan a lo largo de su vida.
La directora de la entidad, Sor María Garrido nació en la ciudad de Cajamarca, Perú, y entró a la congregación hace 23 años, cuando sólo tenía 17. Consultada por España Exterior acerca de cómo se sostiene económicamente el hogar, responde: “Esta casa -que nació en 1992- se organizó debido al gran aporte realizado por la Consejería de Trabajo y Asuntos Sociales de la Embajada de España, que se comprometió a colaborar en sus construcción con el objetivo de que nosotras recibiéramos a ancianos españoles y nuestra misión es cumplir con ese pedido. Gracias a la invalorable ayuda de este organismo, del Consulado Español en Córdoba y de otros benefactores, La Casa de los Sabios puede continuar con esta obra que dignifica a los ancianos en estos momentos particulares de sufrimiento y dependencia.
Actualmente están ampliando el sector para mujeres -del total de 48, sólo 14 son hombres- pues consideran que cada grupo debe tener su propio comedor y lugar para descansar y en este momento, debido a la cantidad de damas, éstas ocupan espacios construidos originariamente para los hombres.
La hermana explica que “éste es un hogar, no un geriátrico; esos establecimientos tienen un costo fijo y un personal para atender, por esa razón cobran. La congregación nació específicamente para dedicarse a los ancianos y jamás excluimos a alguien por racismo o bajos recursos; al contrario, procuramos ayudar a los más pobres. Algunos no aportan nada pues debido a los avatares de la vida están solos y sin dinero pero como tenemos muchos gastos les pedimos a los que pueden que colaboren con una parte de su jubilación, del alquiler de una propiedad o cualquier otro ingreso”.
El lugar tiene confortables dormitorios de dos y tres camas, cada uno con su respectivo baño privado. También cuenta con comedores, salas de recreación, jardines, una hermosa iglesia y posee sectores de rehabilitación, enfermería , etc.
Algunos ancianos trabajan en la huerta, otros en carpintería; las mujeres tejen, bordan y pintan. Los que aman el canto forman parte del coro. Además, si así lo desean rezan el rosario en la capilla todas las tardes y asisten a misa los domingos.
La directora comenta que “somos siete hermanas las que estamos a cargo del hogar; además contamos con una médica que viene periódicamente, una asistente social, un fisioterapeuta y también una voluntaria de Casa de España que les enseña actividades recreativas”.
Antes de despedirse, Sor María expresa uno de sus anhelos: “Me encantaría que los jóvenes se acerquen al hogar para compartir con los ancianos alguna actividad como cantar, bailar o actuar. Ellos sienten una gran alegría cuando la juventud los visita porque su presencia los estimula a reírse y hasta a jugar como cuando eran adolescentes”.