El Gobierno canario ayuda a los afectados por un incendio forestal en La Palma

Causó cuantiosos daños en viviendas, infraestructuras y servicios públicos

El decreto contiene varios paquetes de medidas. Entre ellas, la que establece, en primer lugar, una ayuda de emergencia extraordinaria con destino a paliar las necesidades más básicas y perentorias de las familias que vieron dañada seriamente su vivienda y perdido los enseres básicos, independiente y compatible con las recibidas desde otras Administraciones Públicas. Estas ayudas llegarán hasta un importe máximo de 8.500 euros por familia.
El decreto recoge ayudas en materia de vivienda tanto para el alquiler (600 euros) como para la reparación, rehabilitación o reconstrucción de las viviendas habituales (hasta el 50% del coste de restitución o reparación) y las no habituales (hasta un máximo de 12.000 euros).
También ofrece ayudas por daños en vehículos (hasta 6.000 euros), indemnizaciones por daños en producciones e infraestructuras en el sector agrario, para empresas y profesionales en el sector turístico, para reparación de infraestructuras municipales e insulares.
Por último, establece planes para la restauración medioambiental, la prevención de incendios y lucha contra la erosión del terreno.

2.700 hectáreas quemadas y 4.000 evacuados

El incendio forestal que comenzó el 31 de julio en la isla de La Palma y que afectó a unas 2.700 hectáreas de superficie quedó controlado el 4 de agosto, aunque continuaron las labores de extinción una semana. El consejero de Presidencia, Justicia y Seguridad, José Miguel Ruano, explicó que la zona afectada por el fuego -que podría tener su origen en unos fuegos artificiales- es pinar aunque también hay muchas zonas agrícolas, para cuya reposición las administraciones dispusieron de ayudas, así como para los casos de viviendas y enseres afectados. Durante tres días, unas 500 personas y once medios aéreos participaron en las labores de extinción de este incendio que provocó la evacuación de 4.000 vecinos de los municipios de Mazo y Fuencaliente, algunos de los cuales encontraron, al volver, sus viviendas, pertenencias y negocios calcinados. Muchos vecinos expresaron a Efe su impotencia, rabia y dolor por lo sucedido y por lo perdido en este incendio.