Los alemanes forzaron la prórroga en el minuto 89 y, después de ir ganando por 3-1, Luca Toni borró de un plumazo en cuatro minutos el sueño azulón.
El partido comenzó con un golpe inesperado para los madrileños, la rigurosa expulsión de Manu de la Red, uno de sus mejores hombres. Así, con sólo diez jugadores, los azulones no se amilanaron, aguantaron las envestidas de los alemanes y aprovecharon sus ocasiones para poner 1-0 en el marcador gracias a un gran gol de Cosmin Contra.
El encuentro discurrió desde entonces por los caminos de la épica. Los de Laudrup aguantaban y aguantaban los ataques cada vez de los germanos que, aunque impetuosos, carecían de efectividad.
En el último minuto, el francés Ribery se encontró un rechace en medio del área y logró el gol del empate que llevaba a la prórroga.
Sin embargo, en un arranque de rabia que puso el mundo al revés, llegó un momento de inspiración al Getafe que marcó dos goles al inicio del tiempo de prolongación. Primero fue Casquero, el mejor del partido, con un trallazo desde fuera del área. Después, apareció Braulio para sentenciar gracias a una buena jugada de Cotelo por banda derecha. Pero el duelo no había acabado. El Pato cometió un error clamoroso en una salida que Toni aprovechó para marcar el segundo y dar vida a un Bayern que prácticamente había entregado el partido… Y la gran desgracia llegó en el último minuto. El italiano marcó el tercero en el último minuto con un gol de cabeza (única apuesta ofensiva de los alemanes) y acabó con los sueños del Getafe en un partido histórico.
Castigo inmerecido para un Getafe que lo dio todo sobre el campo, y que fue mejor que el Bayern en muchas fases del partido a pesar de la inferioridad numérica. El fútbol y la suerte no siempre están del lado del que se lo merece, y este partido ha sido un ejemplo más.