Así lo manifestó Navarro en su turno de última palabra antes de que el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, dejara visto para sentencia el juicio, después de que los otros dos acusados -el comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez- no hicieran uso de su última palabra. “Cuando fatalmente se ve que no hay salida, el medico debe informar de forma comprensible para los familiares (…) Procuramos siempre dulcificar, cuando es necesario, las circunstancias de una muerte, absolutamente indescriptibles, para que esas familias que ya han perdido al ser querido no sigan torturándose, no sigan dando vueltas a algo ya irremediable”, aseveró.
Navarro sostuvo que la labor realizada en el accidente fue “de servicio, de servicio a la institución militar, a los compañeros que desgraciadamente murieron”, y se declaró responsable de ordenar a sus subordinados que dieran a los familiares información “limitada a la descripción de daños y de circunstancias que no venían a cuento para más, una vez perdido el ser querido”.