Soria, Huesca y Álava son las provincias que experimentaron una reducción mayor del número de municipios. Estos datos se desprenden de un estudio elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que señala que las provincias de Madrid y Barcelona reunían en 2001 la cuarta parte de la población; y junto Valencia y Sevilla, concentran a más de un tercio de los españoles. Dirigido por los profesores de la Universidad de Valencia Matilde Mas y Francisco Goerlich, el informe estudia la evolución de la población española en el período entre 1900 y 2001, en el que se ha incrementado en más de 22 millones, con una tasa media de crecimiento anual del 0,77 por ciento.
El informe explica cómo a partir de 1981, año en el que se realizó el primer censo de la democracia, las grandes ciudades detienen su crecimiento, a la vez que se acelera el de sus áreas metropolitanas, y florecen las ciudades intermedias, un proceso que la profesora Mas calificó de muy positivo. Este fenómeno tiene su origen en la ralentización del éxodo del campo a la ciudad, la saturación de las ciudades, el elevado precio de la vivienda y el desarrollo de los transportes. Así, en el caso de Madrid y Barcelona, el proceso de desplazamiento de la población hacia áreas metropolitanas se inicia ya en 1970, y las dos ciudades concentran casi el 15% de la pérdida total de la población entre 1981 y 2001.