La admisión a trámite se produjo tras un largo debate por 187 votos a favor y 136 en contra, todos ellos del PP, grupo que considera que el texto es una “aberración jurídica y constitucional” porque, entre otras cosas, recoge que Andalucía es una ‘realidad nacional’.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió al PP de que rechazar la propuesta del nuevo Estatuto andaluz sería “tropezar dos veces en la misma piedra”, en referencia a la oposición de los populares a la reforma estatutaria catalana. Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo que este texto demuestra un “empecinado empeño de alterar la estructura de la nación” y la voluntad de “disimular lo ocurrido en Cataluña”.
Otro aspecto polémico de la reforma es la reivindicación en la reforma del Estatuto de la gestión de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir, capítulo que podría sufrir alguna modificación durante la tramitación. Así, Zapatero afirmó que el grupo socialista buscará una redacción en el Estatuto andaluz para que la Junta participe “más activamente”en la gestión de las cuencas hidrográficas, pero que mantenga las capacidades de intervención de Estado y la unidad de cuenca. Además, el texto reclama competencias como puertos y aeropuertos, el servicio meteorológico, tráfico y seguridad vial y museos archivos y bibliotecas ubicados en la Comunidad.
Tras la aprobación por las Cortes Generales de las reformas de los Estatutos valenciano y catalán, el texto andaluz, respaldado en el Parlamento autonómico con los votos del Partido Socialista e Izquierda Unida y con la oposición del PP y el Partido Andalucista, sería el tercero que aprueba el Congreso. El texto cuenta con un preámbulo, once títulos y 246 artículos.