La fiesta se celebró el primer día de primavera en el Centro Valle Miñor de Montevideo, titulando la directiva comandada por Carlos Barcia a la misma la ‘Romería del Reencuentro’.
Se trató de la síntesis de las otrora concurridas celebraciones Patronales de algunas de las parroquias de la comarca miñorana. Este domingo se congregan las familias al igual que antaño cumpliendo el mismo ritual, coincidente el día con el Santoral, en este caso con San Cipriano de la parroquia de Mañufe del Concello de Gondomar, pero agregados el Dulce Nombre de Jesús de Donas, Santa Mariña de Vincios y San Andrés de Nande.
Luego del oficio religioso realizado en el salón de actos, que tuvo la presencia en el altar de imágenes de los santos patronos, la fiesta siguió en el salón comedor que rebosó de familias compartiendo una mesa común acompañados de la música de la banda de gaiteros del centro.
Sin embargo, el gran acontecimiento de la tarde primaveral fue la presencia de Don Benigno Otero Valverde que hace pocos días había cumplido nada menos que cien años de vida en pleno uso de sus facultades y gozando de excelente salud.
Emocionado recibió el cariño de su familia y amigos. También la Junta Directiva quiso testimoniar el hecho al homenajear a su dilecto consocio, haciéndole entrega de una plaqueta recordatoria por parte del presidente José Carlos Barcia Lorenzo.
Benigno Otero Valverde, nació el 8 de agosto de 1908, en Vincios, parroquia del Concello de Gondomar en la provincia de Pontevedra. A sus 20 años emigró a Uruguay donde se inició laboralmente trabajando de mozo en un bar ubicado en un extremo del barrio conocido como ‘la nueva Galicia’, Sierra y La Paz.
Justamente en este bar fue donde se hicieron las primeras pizzas con mozzarella de todo Montevideo.
En 1949 retornó a Vincios para ver a sus padres y conocer la que a la postre sería su esposa, Áurea Pérez Leiras que tuvo como consecuencia perder el pasaje de vuelta a Montevideo, evidentemente motivado por cautiva Áurea.
Se quedó hasta que finalmente en 1951 se casan y tienen su hija Sara Mónica, hasta que al fallecer sus padres en 1955 vuelven a Montevideo donde nace su otro hijo Juan Carlos que dio a sus padres la alegría de su primera nieta.
Benigno compra un bar en el cruce de Blanes y Constituyente, pero luego lo vende y compra un hotel que vuelve a vender para comprar uno más grande en la calle Colonia y Convención que administró con la ayuda de su esposa. En sus ratos libres iba al cercano Centro Gallego a jugar al dominó.
Cuando se jubila, su esposa Áurea le aconseja vincularse al Centro Valle Miñor, donde concurrían muchos de sus paisanos, especialmente su gran amigo Manuel Fernández (Mineiro).
Cuando se crea el Centro de Día del Hogar Español lo tiene como uno de sus primeros asistentes, lugar que disfruta plenamente, repartiendo su tiempo con Valle Miñor, donde como leyenda viva es muy querido y respetado.