El Centro Gallego de Montevideo celebra en una noche de gala sus 136 años de existencia

Asistió el intendente de Montevideo y el delegado de la Xunta de Galicia

El Centro Gallego más antiguo del mundo celebró en una noche de gala los 136 años de existencia, destacándose en la fiesta la presencia del intendente de Montevideo y el delegado de la Xunta de Galicia para el Río de la Plata, junto a autoridades diplomáticas y directivos de todas las instituciones españolas del Uruguay.
Presidente y directivos del Centro Gallego posan junto al cónsul adjunto y el intendente de Montevideo.
Alborada, el grupo de baile del Centro, amenizó el 136 aniversario.

En septiembre de 1879, la pujante y acogedora ciudad porteña de Montevideo veía renacer la unión de los emigrantes gallegos en la que sería el primer Centro Gallego del mundo, buscando con ella sus fundadores dar cobijo a sus paisanos, enseñarles a muchos el idioma, leer y escribir en castellano, y hasta algún oficio para que pudieran insertarse en el mundo del trabajo a miles de quilómetros de distancia de su tierra.
Pero este último sábado de agosto, días antes del 136 aniversario, una celebración de gala en el Complejo Polideportivo de Carrasco fue la excusa para que nuevamente emigrantes y descendientes de aquellos gallegos se volvieran a encontrar, esta vez ya no con el propósito de fundarlo sino de recordar aquella fecha.
Allí destacaba la presencia del novel intendente de Montevideo, Daniel Martínez, descendiente de emigrantes asturianos de Castropol, el cónsul adjunto Juan Lugo, el delegado de la Xunta de Galicia, Alejandro López Dobarro, el jefe de la Consejería de Trabajo Brindis Alvarez y presidentes y directivos de todas las instituciones españolas del país.
Fue justamente el presidente de la Federación de Instituciones Españolas del Uruguay, pero en su calidad de presidente del Centro Gallego, Jorge Torres, el encargado de abrir la oratoria de la ceremonia, hablando de la renovación generacional, destacando que “el Centro Gallego tiene una tercera parte de su directiva ocupada con menores de cincuenta años de ambos sexos”, lo que sin duda es una marcada apuesta por parte de la lista única de la institución de hacer el tan mentado relevo generacional, “imprescindible para la continuidad de este proyecto que hoy tiene 136 años e vida”, aseguró. También abogó por la unión de todos los clubes gallegos de la capital uruguaya, ya que en el interior del país no existe ninguno, como forma de “fortalecer y hacer importante a la colectividad que en proporción a la población uruguaya es la más importante de la diáspora gallega”.
Por su parte, el delegado López Dobarro explicó que “lo importante no es lo que se haya dicho sobre estos 136 años sino lo que se ha hecho”, remarcando el orgullo que le hace sentir a todos los gallegos este centro insigne en toda la diáspora gallega.
En tanto la primera participación oficial como intendente de Montevideo del socialista Daniel Martínez de la fiesta gallega le permitió para alentar a que “sigan adelante marcando el camino, que con su hacer nos honran siendo parte de esta comunidad gallego-uruguaya”.
Si bien el jerarca comunal es descendiente de asturianos de Castropol, se siente muy hermanado con la colectividad gallega e identificado en particular con esta institución que apoya servicios municipales tanto con la sede de Carrasco como con la céntrica, que permite integrar a los barrios de la capital uruguaya en actividades lúdicas y culturales.
Martínez aseguró que Uruguay reconoce en la pujanza de españoles, en su mayoría emigrantes gallegos, la capacidad de organizarse y tener una acción solidaria donde la comunidad y sus descendientes logran juntarse y seguir vinculados a su tierra, en este caso Galicia. Cerrando los discursos el vicecónsul Juan Lugo ha justificado la ausencia por viaje del embajador de España Roberto Varela y el cónsul general Manuel Fairen que enviaron sus saludos por carta a la institución.
“Este año el Centro Gallego pone de manifiesto una vez más, que es una institución viva y activa; que está llevando a cabo una renovación generacional y ha conseguido atraer a los jóvenes a sus actividades como el ballet, grupos folklóricos, deportes y demás actividades ofrecidas no solo a sus socios, sino también al resto de la colectividad. Hoy la impronta de Galicia se percibe por doquier en este país y no solo por los más de 40.000 gallegos residentes, sino por haberse entremezclado su espíritu hasta llegar a formar parte de la misma esencia de Uruguay. España solo puede agradecer de corazón que durante 136 años, el centro gallego haya mantenido la llama de la españolidad y la galleguidad a 10.000 kilómetros de distancia de nuestra patria” remarcó Lugo.
Luego sería el cuerpo de danza de la institución, Alborada, bajo la dirección de Claudia Carcacia con sus trajes típicos los que le pusieron el colorido y la “morriña” a la atípica noche montevideana de pleno invierno con temperaturas primaverales, como si hasta el tiempo quisiera asociarse a la fiesta.
Pero la noche aniversario tuvo como todos los años la premiación de socios con 35 y 50 años en los registros sociales, recibiendo medallas de plata Víctor Romariz, Estrella Rodriguez Pereira, Alfonso Carcacia Vicario, María Eugenia Lorenzo Pita y Sebastián Ferreiro Lorenzo.
Finalmente José Ferreiro recibió la medalla de oro por sus 50 años de socio del Centro Gallego.