El Centro Gallego de Buenos Aires cierra el centro de día ante la falta de recursos económicos

Unos 35 emigrantes mayores acudían diariamente a este servicio

Más de 35 abuelos concurrían diariamente al centro de día.

Según se explica en el comunicado firmado por la junta directiva, el centro de día, que fue creado oportunamente en el marco de los programas asistenciales de la Xunta de Galicia dirigidos a la asistencia de sus ciudadanos residentes en el exterior y era administrado por la Fundación Galicia Saúde hasta su presentación en convocatoria de acreedores en marzo pasado, no recibe ningún aporte asistencial desde el mes de enero de 2010, por lo que su funcionamiento se hizo insostenible.
“El Centro Gallego de Buenos Aires, en su condición exclusiva de dador del espacio para el desarrollo de la actividad, lamenta el perjuicio que ocasiona la discontinuidad del servicio, siendo la misma responsabilidad totalmente ajena a nuestra institución”, explicaron las autoridades de la centenaria entidad.
Inaugurado por Manuel Fraga Iribarne durante su último mandato como presidente de la Xunta, el centro de día estaba ubicado en la calle Moreno 2166, en una de las alas de la planta baja del hospital del Centro Gallego, y era un ámbito sociosanitario de carácter preventivo y promocional de jornada diurna destinado a favorecer el bienestar de los adultos mayores y de sus familias. Sus instalaciones abarcaban un consultorio y dos amplios salones de usos múltiples en los que los abuelos realizaban diversas actividades recreativas y culturales.
El objetivo de este servicio era la promoción de la salud física, psíquica y espiritual de quienes concurrían, a través de diversas actividades y la intervención de capacitados profesionales. En su apogeo atendía un promedio diario de 35 abuelos, la mayoría de ellos nacidos en Galicia, que concurrían de lunes a viernes en el horario de 9 a 17 horas, en alguna de estas modalidades: jornada completa, media jornada, o solamente para participar de los diversos talleres que allí se realizaban, como los de creatividad, musicoterapia, reflexión, manualidades, y estimulación cognitiva y de la memoria, además de clases de gimnasia, yoga y movimientos kinésicos.