El Centro Andaluz de la ciudad argentina de Córdoba entregó alimentos no perecederos a 35 emigrantes andaluces gracias a la colaboración de la Junta de Andalucía.
Consultado por España Exterior, Juan Fernández Lidueña, presidente de la institución, señaló: “Este es un momento muy importante porque uno conoce las necesidades de la gente y la alegría con la que reciben la ayuda que nos envían desde la Junta de Andalucía”. Y agregó: “Los integrantes del centro, a través de un convenio con el Gobierno andaluz, entregamos medicamentos a todos los emigrantes que los necesitan. Respecto a las ayudas de alimentos, prótesis o de otro tipo, éstas se realizan sólo cuando contamos con dinero para ese fin, como en este caso”.
En cuanto a cómo eligen a los beneficiarios de las ayudas, el directivo del Centro Andaluz de Córdoba explicó que “la asistente social que trabaja en nuestra entidad lleva un registro de los emigrantes que por su estado de salud y situación económica, necesitan los medicamentos. Además, ella visita el domicilio de las personas para saber con quiénes viven, en qué condiciones y de ese modo verificar que las ayudas son recibidas por quienes realmente las necesitan”.
En este sentido, Fernández Lidueña agradeció a “la Junta de Andalucía y a todos los ciudadanos andaluces porque todas las ayudas son producto de los impuestos que pagan los andaluces y son administrados por el Gobierno”.
Por otro lado, reconoció que el monto de las ayudas se ha reducido, y añadió que sumado a eso el peso argentina ha perdido valor respecto al dólar y al euro. Fernández Lidueña explicó que “se ha desvalorizado el peso argentino respecto al dólar y el dinero proveniente de España lo recibimos en pesos pero cotizados al valor del dólar oficial que es menor que el valor del dólar paralelo por lo tanto los montos se han reducido. Aunque no podemos hacer nada, son decisiones del Gobierno argentino y tenemos que aceptarlas. Nuevamente agradezco a la Junta de Andalucía su apoyo y trataremos de seguir ayudando a los andaluces necesitados”, finalizó.
Testimonios de los beneficiarios
Ramona Sánchez nació en Chirivel, provincia de Almería, y llegó a Argentina en 1949 después de atravesar la guerra civil. “Cuando se desató la guerra se llevaron a mi padre a la contienda, con mi familia pasamos hambre y otras necesidades, y tuvimos que abandonar nuestra casa en el pueblo, que era muy linda, y trasladarnos a unas cuevas, donde vivimos durante cuatro años. Con el tiempo mis padres, mis hermanos y yo pudimos emigrar a esta tierra que nos acogió con los brazos abiertos, fuimos a vivir a la zona del dique los Molinos, en las sierras cordobesas, en un ranchito donde lloramos mucho recordando nuestra amada casa en Chirivel. Después arribaron a Córdoba tíos y primos, trabajamos mucho en este país y pudimos progresar”, asegura.
“Hoy doy gracias a la Junta de Andalucía por estas ayudas, además hace dos años tuve que someterme a una intervención quirúrgica en los ojos y no tenía dinero porque soy viuda sin hijos, y la Junta de Andalucía a través del Centro Andaluz, aportó el dinero necesario para que pudiera operarme”.
Y agrega: “También he realizado viajes, por ejemplo, el año pasado asistí a un encuentro de la Federación de Asociaciones Andaluzas de Argentina, además en la actualidad participo del centro de día para emigrantes españoles que lleva adelante la entidad”.
“Ayudas imprescindibles”
Encarnación Sánchez nació en la localidad de Adra, en la provincia andaluza de Almería, en 1946. “Llegué a Argentina cuando era muy pequeña junto a mis padres y dos hermanos. Nos asentamos en la ciudad de Córdoba, con el tiempo conocí a quien sería mi marido y nos casamos. Mi esposo era empleado pero hace unos años se quedó sin trabajo. Estas ayudas son imprescindibles para nosotros por eso agradezco a la Junta de Andalucía y a los integrantes del centro pues trabajan siempre por los andaluces más necesitados”.
Por su parte, María Torreño nació en Villa Martí, provincia de Cádiz, un 23 de agosto de 1926. “Arribé a Argentina en 1957 con mi marido, residimos durante dos meses en la localidad cordobesa de Almafuerte con un tío de mi esposo y luego vinimos a la ciudad de Córdoba”, comenta.
Y continúa su relato: “Tuve una hija la cual me dio tres nietos y uno de ellos un bisnieto. Mi marido comenzó vendiendo ropa, después cambió al rubro calzado y se dedicó a viajar por diferentes ciudades como vendedor. Yo fui modista durante más de treinta años”, explica.
María considera que “estas ayudas que otorga el Gobierno son muy necesarias para nosotros porque actualmente mi marido está inválido y utiliza una silla de ruedas para movilizarse. Yo soy una persona mayor y me es difícil cuidarlo pero sigo luchando a pesar de todo, por eso agradezco enormemente este apoyo del Gobierno”, señala.