El Centro Andaluz Virgen del Rocío organizó por 20 años consecutivos y tal como en Andalucía, la Fiesta del Rocío. En Rosario también hubo sevillanas, replicaron las castañuelas y la gente aplaudió al ritmo de la tradicional música en el camino.
La procesión comenzó en la Plaza López, una de las más antiguas de la ciudad, y después del mediodía ya podía percibirse que algo especial ocurriría. La sensación se fue haciendo mucho más fuerte cuando comenzaron a llegar las carretas típicas, jinetes y muchas mujeres, jóvenes y niños ataviados con los trajes tradicionales rocieros, todos ellos portadores de colores vivos que contrastaban con la grisura del cielo. Todo estaba engalanado, carretas, caballos y elementos, todo listo para vivir una fiesta de fe y cultura.
La peregrinación tradicional andaluza y muy conocida en la ciudad no fue una peregrinación más. Todos los participantes caminaron con devoción detrás de la imagen de la Virgen del Rocío y, sin embargo, cuando sonaron sevillanas rocieras, nadie pudo quedarse quieto y bailaron con alegría. Con la habilidad propia de quienes aprendieron danza y las que lo llevan en la sangre, comenzaron a revolotear los volados de sus vestidos y tocar las castañuelas con agilidad.
Mientras, los demás aplaudían al compás, otros se persignaban ante la bella imagen y se secaban las lágrimas, quizás muchos recordando a sus ancestros.
Se hicieron presentes cientos de peregrinos quienes acompañaron a la Blanca Paloma hasta la puerta de su casa, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en la Av. Pellegrini, una de las arterias más importantes de la ciudad de Rosario (1.300.000 habitantes).
En la puerta estaba esperando el párroco, Luis Rodríguez (hijo de andaluces), y acompañándolo había muchísima gente viendo la llegada de los peregrinos y con ramos de flores para entregar a la Virgen. Acompañaban grupos procedentes de localidades del Gran Rosario como así también un grupo rociero de la ciudad de Pergamino.
Los romeros bajaron a la Virgen de la carreta y fue llevada en andas hasta el altar. Entonces el Grupo Rociero ‘Cantares’ comenzó con la música tradicional de la Santa Misa Rociera. Esta Misa se caracteriza por el cante y la guitarra flamenca y palmas por parte del público, que colmó la parroquia de muy grandes dimensiones. Al terminar la Misa siguieron las sevillanas y cante de estrofas y saetas en honor a la Virgen.
En la organización del evento el Centro Andaluz de Rosario contó con la ayuda de la Junta de Andalucía, el Consulado General de España, la Secretaría de Turismo de la ciudad -además declarada de Interés Turístico de Rosario-, de la Secretaría de Relaciones Internacionales y la Federación de Asociaciones Andaluzas de la República Argentina.
Desde la entidad manifestaron su agradecimiento por estar presentes a al cónsul general de España, Fernando Martínez Westerhausen, al secretario de Relaciones Internacionales de la Municipalidad de Rosario, que acudió en representación de la intendenta, Sergio Barrio, el director de comunicaciones de las colectividades extranjeras de la misma Secretaría, Gastón Torres, y a Juan Luis Zamora, secretario y representante de la Federación de Asociaciones Andaluzas de la República Argentina.