«El 28-F, símbolo de un logro colectivo»

Nadie puede cuestionar que la autonomía andaluza es una historia de éxito. Andalucía es hoy una sociedad moderna, abierta, integrada en el entorno europeo y a la vanguardia en sectores productivos estratégicos como el de las energías renovables, el aeroespacial o la investigación biomédica. Un logro colectivo, fruto del esfuerzo y la ambición de millones de andaluces residentes dentro y fuera de nuestra comunidad.
La ambición que nos llevó a refrendar en 1980 nuestra firme voluntad de igualdad, mantenida con esfuerzo y confianza en nuestras capacidades, se proyecta ahora en nuevos desafíos que podemos asumir gracias al valioso capital humano cualificado con el que contamos. Estos retos, diametralmente opuestos a los de entonces, son ya los mismos que los de cualquier sociedad avanzada. Y como tal, en la actualidad, sufrimos las graves consecuencias de una crisis financiera sin precedentes. Un escenario difícil del que pueden derivarse, sin embargo, nuevas oportunidades.
Hemos de aprovechar el momento que vivimos para intensificar todos los esfuerzos en pos de la creación de empleo y la construcción de una Andalucía mejor, asentada sobre los pilares de un nuevo modelo de crecimiento más sostenible y solidario. Frente a la crisis económica, la incertidumbre y el desencanto, es preciso renovar nuestro compromiso colectivo. Gobierno, empresas, sindicatos y sociedad civil, incluidos los andaluces del mundo, debemos dar un nuevo impulso al progreso de nuestra comunidad, heredero del empuje de aquel 28-F.
En 2011 se cumplen treinta años de nuestro primer Estatuto autonómico, el marco legislativo en el que se ha desarrollado la potente transformación que Andalucía ha experimentado en las tres últimas décadas. En el futuro inmediato, necesitaremos el esfuerzo de todos para darle la vuelta a la situación económica, acometiendo las reformas que sean necesarias, con la misma firmeza, seriedad y valentía con las que conquistamos nuestra autonomía.
Ahora, igual que entonces, atravesamos una época de profundos cambios que requieren el compromiso de todos. Ahora, igual que entonces, necesitamos unirnos entorno a un proyecto común, un objetivo colectivo, desde la absoluta confianza en que juntos superaremos todas las dificultades e incluso saldremos reforzados.
El 28 de febrero los andaluces materializamos un sueño colectivo. Hoy hemos de confiar en nosotros mismos, en nuestras innovadoras empresas y sus trabajadores, en nuestras excelentes universidades, en nuestra inversión tecnológica e investigadora, en nuestras comunidades andaluzas repartidas por los cinco continentes… En definitiva, en nuestra capacidad como sociedad para volver a reivindicar nuestro papel en España, Europa y el mundo.