La Comunidad de Madrid, en colaboración con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, ha editado el folleto ‘Vías Verdes del Tajuña y del tren de los 40 días’, en el que se hace un recorrido turístico por estas dos Vías Verdes que discurren por la región madrileña y que corresponden a antiguos trazados ferroviarios en desuso que han sido adaptados para usos turísticos.
La Vía Verde del Tajuña y la del tren de los 40 días se encuentran acondicionadas para realizar excursiones y practicar cicloturismo y senderismo. Son accesibles para personas con movilidad reducida como discapacitados, ancianos y niños, y ofrecen la posibilidad de disfrutar de la naturaleza, el paisaje y de los productos de la Comarca de las Vegas. En su recorrido también podrá descubrirse la riqueza cultural de los pueblos de la ribera del Tajo y sus afluentes, Jarama y Tajuña.
La Vía Verde del Tajuña discurre por el Sureste de la Región de Madrid, por el valle del río Tajuña, un entorno natural de gran interés paisajístico y cultural. Un recorrido de 49 kilómetros, de cuya conservación se ocupa la Dirección General de Carreteras, que comienza en Arganda del Rey y finaliza en Ambite, y que pasa por Morata de Tajuña, Perales de Tajuña, Tielmes, Carabaña, Brea de Tajo y Orusco. En todos estos municipios el excursionista podrá disfrutar de sus atractivos culturales, y de sus fiestas y tradiciones, con una buena oferta de alojamiento y restauración.
La Vía Verde del tren de los 40 días transcurre por paisajes rurales y agrícolas a lo largo de sus 14 kilómetros de recorrido que comienza en Carabaña y finaliza en Estremera, ya muy próximos a la provincia de Guadalajara. Resulta interesante recorrer las vegas y campiña del sureste madrileño descubriendo los molinos del Tajuña.
La Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Turismo, apuesta por la promoción turística de los pequeños municipios madrileños con una doble finalidad, para contribuir al crecimiento turístico de la región y porque el turismo actúa como elemento dinamizador de las economías locales. Además, una mayor oferta de turismo rural en la región madrileña representa una respuesta a la demanda de los visitantes atraídos por la práctica de un turismo de naturaleza.
El valle del Tajuña fue surcado hasta 1953 por un tren de vía estrecha que tenía su punto de partida en la estación del Niño Jesús del madrileño Parque del Retiro. El también llamado Tren de Arganda del que se decía ‘que pita más que anda’ cargaba remolacha en esta vega del Tajuña y la transportaba hasta la azucarera de La Poveda. Esta línea formaba parte de un proyecto mayor para enlazar Madrid con el bajo Aragón, pero, de hecho, nunca se construyó más allá de Alocén, en Guadalajara.
Por otro lado, otro ferrocarril conectaba con éste: el Ferrocarril de los 40 Días, también llamado Vía Negrín, y que adoptó este nombre porque fue construido en este corto espacio de tiempo para abastecer a Madrid durante la guerra civil. Su trazado unía Torrejón de Ardoz con Villacañas, dando así enlace ferroviario al Madrid asediado con el Levante republicano, por unas vías alejadas de los obuses franquistas.