Despedida al presidente de la Transición, el hombre que unió a las dos Españas y abrazó al exilio con el apoyo del Rey

Adolfo Suárez falleció como consecuencia del deterioro de la enfermedad de Alzheimer que padecía

Adolfo Suárez González.

Fue un final anunciado 48 horas antes por su hijo, Adolfo Suárez Yllana, que se vio obligado a comparecer ante los continuos rumores sobre su estado de salud para confirmar un “desenlace inminente” para el que los médicos no daban más de esos dos días, que luego se cumplieron.

Con su muerte, España pierde a una de las figuras clave de la Transición. Fue el líder político que encabezó las reformas que dieron paso a la democracia tras la dictadura franquista. Suárez fue nombrado presidente por el Rey y en sólo un año, legalizó todos los partidos políticos -con especial interés en el Partido Comunista- y convocó elecciones, a las que se presentó y ganó, logrando por tanto el respaldo de los españoles.

Su gran empeño y tarea fue conseguir la unión de las dos Españas: la que provenía del franquismo y la opositora a este régimen. Una labor exitosa que dio lugar a la reconciliación y al retorno de los exiliados que así lo decidieron. La búsqueda permanente del consenso, de los pactos, fue la característica más significativa de su perfil político y personal. Todo ello, con la ayuda del Rey Juan Carlos y el asesoramiento legal de Torcuato Fernández Miranda, presidente del Consejo del Reino y de las Cortes. Sin olvidar, por supuesto, el ejemplo de los políticos de aquella época que con su generosidad y sus renuncias en pro del acuerdo fueron capaces de alcanzar los Pactos de La Moncloa y de aprobar la Constitución de 1978.

El Gobierno decretó tres días de luto oficial, desde el lunes 24 hasta el miércoles 26, y la capilla ardiente se instaló en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados, a donde podían acudir durante 24 horas los ciudadanos que quisieran dar su último adiós al expresidente. El martes es el entierro en la Catedral de Ávila y el próximo lunes, 31 de marzo a las 19 horas, se celebrarán los funerales de Estado en la Catedral de La Almudena, de Madrid.

El Consejo de Ministros se reunió en sesión extraordinaria el día 24 para aprobar la concesión del Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III al ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Establecida por el Rey Carlos III en 1771, es la primera y más alta condecoración civil que se otorga en España. Su grado más alto, el Collar, está reservado a los miembros de la Familia Real Española, los Jefes de Estado y de Gobierno y los ciudadanos que hayan tenido durante al menos tres años la Gran Cruz, el segundo grado de la condecoración.

Se trata de la misma condecoración que se le impuso a título póstumo al primer presidente de la democracia que falleció, Leopoldo Calvo Sotelo, en 2008. También la recibieron el que fuera presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy (2009); los Reyes Harald de Noruega, Abdalá de Jordania y Mohamed VI de Marruecos, el que fuera presidente portugués, Jorge Sampaio, y otros jefes de Estado, entre otros el propio Rey Juan Carlos desde 1962, cuando aún era Infante de España.

(Seguiremos ampliando)