LA ENTREVISTA

“Debemos plantearnos hasta qué punto el contribuyente debe subvencionar las clases que ofrecemos a personas con un nivel de renta muy superior al nuestro”

Rafael Rodríguez-Ponga, secretario general del Instituto cervantes

El secretario general del Instituto Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga.

Cuenta con una amplia experiencia de trabajo en la Administración ya que desde 1987 ha ocupado diversos cargos en la misma.

-¿Podría explicar sucintamente qué tipo de organización es el Instituto Cervantes (IC), cuál es su estructura organizativa y cuáles sus objetivos?

-Claro. El Instituto Cervantes es un organismo público, con personalidad jurídica propia, que está adscrito al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC). Es una institución 100% del Estado, regida por Patronato que preside S.M. el Rey y que tiene al Presidente del Gobierno como presidente ejecutivo. También tiene un Consejo de Administración en el que  hay representantes del MAEC, del Ministerio de Educación y Cultura, de Hacienda y de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Y tenemos dos objetivos muy claros: la promoción universal de la lengua española y la difusión de la cultura en el exterior. Con la finalidad genérica de ofrecer a miles de personas, en los cinco continentes, la posibilidad de conocer más sobre España y lo español.

-¿Qué papel juega el Instituto en la promoción de la ‘marca España’ por todo el mundo?

-Es enorme el papel del Cervantes para dar a conocer España. Es un papel complementario del que hacen otras entidades públicas y privadas. El español es un idioma cada vez más demandado, con una importancia internacional creciente. Por lo tanto, el nombre de España, la “marca España” se ve muy reforzada gracias a la lengua y a la cultura y a la reputación internacional del Instituto Cervantes.

-Debido a la crisis económica se han reducido considerablemente los presupuestos del Estado. ¿De qué manera ha afectado a la institución?

-En efecto, notamos la crisis, no sólo por la propia situación de España, sino porque también hay crisis en otros países, tales como Grecia, Chipre o Portugal. De manera que, por un lado, tenemos cierta disminución de la actividad y los ingresos (por clases y diplomas) en esos países.

Y, por otro lado, los presupuestos del Estado son resultado de la situación general en la que está España. Creo sinceramente que debemos plantearnos muy en serio hasta qué punto el contribuyente español debe seguir subvencionando las clases que ofrecemos a personas y países con un nivel de renta muy superior al nuestro.

-¿Nos podría indicar cuáles son las grandes cifras que maneja en la actualidad el Instituto: número de delegaciones, número de profesores, número de alumnos, presupuesto, etc…?

-El Instituto Cervantes está presente hoy en 86 ciudades de 43 países, bien con centros propios, bien con aulas o extensiones. Según nuestra última memoria publicada (2011-2012), la plantilla es de 1114 trabajadores. Además, hay colaboradores, la mayoría profesores, que llevan cursos con su duración determinada. El año pasado llegamos a 243.000 matrículas en total, contando cursos de español general, cursos especiales, de formación de profesorado o por internet. El presupuesto para 2013 es de 86 millones de euros.

-¿Existen planes de expansión o se han visto obligados a cerrar algunas sedes?

-Nuestra primera finalidad es garantizar la sostenibilidad de la red actual del Instituto. No hemos cerrado ningún centro, salvo, a causa de la guerra civil siria, el de Damasco. Por el contrario, estamos en trámites para abrir, con coste reducido, unidades del Cervantes en Estados Unidos (en concreto, en la Universidad de Harvard, cerca de Boston) y en otras ciudades.

-Usted ha tenido una amplia experiencia en el mundo de la emigración española y conocerá las reclamaciones que el Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE) ha realizado en muchas ocasiones pidiendo una mayor relación entre el Instituto y los ciudadanos españoles en el extranjero. ¿Considera que el IC debería apoyarse más en la amplia colectividad española que hay en el exterior e incluso darle un mayor servicio?

-Desde que viví en México, hace ya más de veinte años, he tenido la suerte de poder conocer asociaciones y centros de emigrantes españoles en varios países.

Sin duda, el Instituto Cervantes presta un gran servicio a los españoles residentes en el exterior. Y muchos, muchísimos de ellos conocen y se benefician de los servicios del Cervantes. Más aún: cuando se creó este Instituto, en 1991, heredó varios edificios que eran del entonces Instituto Español de Emigración. La vinculación con el mundo de la emigración, por lo tanto, viene desde el primer momento. Es nuestra obligación atender a todos los que se interesen por nuestra cultura y por nuestra lengua. Evidentemente, estamos abiertos a todos los españoles que quieran beneficiarse de nuestros servicios.

-¿Qué actividades realizan desde el IC en favor de este colectivo?

-Por ejemplo, la continua proyección de cine en español en nuestros centros. Y las bibliotecas, con sus libros y revistas, para todas las edades, en español y en los idiomas autonómicos (gallego, catalán, vasco).

Y, por supuesto, las clases de español, para niños o para adultos. Porque muchos españoles residentes en otros países quieren que sus hijos mejoren el idioma en el Cervantes. O tal vez, españoles de nacionalidad, que son hijos o nietos de la emigración, encuentran en nuestros centros la vía de consolidar lo aprendido en casa.

Y también, según sus orígenes regionales o sus intereses, tienen la oportunidad de estudiar la lengua originaria: gallego, catalán o vasco.

-¿Cuáles son los países en los que se registra un mayor incremento del número de alumnos y en cuáles habrá una mayor expansión del Instituto Cervantes en los próximos años?

-En Brasil y en Estados Unidos se observan crecimientos muy importantes en los últimos años. Y también en Asia (Japón, India). En Filipinas hay una situación de nuevo interés por el español, como lengua internacional, lengua del comercio…

Por eso, prestamos una especial atención a lo que ocurre con el español en EE.UU. (donde estamos en cinco ciudades) y Brasil (con centros del Cervantes en ocho ciudades) y también en Filipinas (donde esperamos ampliar nuestra preferencia).

-¿Se prevé un futuro halagüeño para el Instituto Cervantes y para la lengua española?

-El Instituto Cervantes tiene un gran futuro porque sabe adaptarse a la nueva realidad y a las nuevas necesidades. Y la lengua española, ¡desde luego! ¡No hay ninguna duda! Por eso, trabajamos conjuntamente con los países iberoamericanos. Precisamente, una instrucción muy clara de nuestro director, D. Víctor García de la Concha, es “iberoamericanizar el Cervantes”.

-¿Cuáles son los principales retos que se plantea el Instituto Cervantes?

-Los dos grandes retos son la calidad y la sostenibilidad. Por un lado, la calidad de nuestra actividad académica y cultural, como un referente mundial; y por otro lado, la sostenibilidad, en términos de viabilidad de cada uno de nuestros centros en un mundo complejo y cambiante.