Los intentos de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, por apaciguar los ánimos con una visita a Barcelona, tuvieron el efecto contrario, después de asegurar que el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo inversor en las infraestructuras de la ciudad que será visible en unos meses, y de pedir “paciencia” a los usuarios.
Sus declaraciones provocaron una airada respuesta por parte de los partidos políticos que, a excepción del PSC, coincidieron en exigir la dimisión de Álvarez.
Los socialistas, por su parte, reconocieron sentirse insatisfechos por la visita de la ministra. “Los ciudadanos siguen sufriendo los efectos de ocho años de desinversión”, dijo el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza.
También el conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, y presidente en funciones de la Generalitat, Joan Saura, reprochó a la ministra no haber dado “más la cara” para resolver los problemas de Cercanías de Renfe.
Desde CiU, el diputado Jordi Jané, acusó a la ministra de “prepotencia” y de engañar a los ciudadanos por decir que en Cataluña se está invirtiendo más de que nunca. “Lo cierto es que las cifras de inversión no paran de disminuir desde que el PSOE está en el Gobierno”, aseguró.
En parecidos términos se expresaron representantes de ERC y de IU-ICV, que además exigieron a la ministra que asuma sus responsabilidades por los últimos acontecimientos.
Averías y retrasos
Barcelona lleva varias semanas sumida en el caos. Primero, por el apagón que dejó tres días sin suministro eléctrico buena parte de la ciudad. Un mes después de la rotura de un cable de alta tensión y del incendio en varias subestaciones, algunas zonas de la ciudad seguían sufriendo apagones intermitentes.
Además, las constantes colas en el aeropuerto del Prat , por donde pasan 100.000 viajeros a diario, en esta fechas, han causado situaciones de caos, de las que Magdalena Álvarez responsabilizó a las empresas de servicio de tierra por no poner los medios suficientes.
Por otro lado, la lluvia, las obras del AVE, varias averías y las malas infraestructuras ferroviarias, han provocado problemas casi duarios en el servicio de trenes en Barcelona, afectando a más de 30.000 pasajeros.
“La paciencia reclamada por la ministra a los usuarios está prácticamente agotada”, dijo el director de Cercanías de Barcelona, Miguel Ángel Remacha.