Conferencia del escritor Manuel Rivas en la Sociedade Galega ‘Sementeira’ de Basilea

Con motivo del trigésimo aniversario de esta entidad

Conferencia de Manuel Rivas.

El escritor más sobresaliente de la literatura gallega contemporánea, Manuel Rivas, pronunció la conferencia ‘Galicia: Soños e Sombras’ en el marco de los actos conmemorativos del 30º aniversario de la Sociedad Galega Sementeira de la ciudad suiza de Basilea. El acto tuvo lugar el pasado lunes 7 de noviembre en el local social de la entidad (Wettsteinalle 141, 4058 Basel).

El periodista, ensayista, novelista y poeta se mostró a una audiencia entregada como el escritor que vive dentro de la literatura, como si no hubiera podido salir de eso que él llama “la boca de la literatura”.

Habló de la ‘psicogeografía’ de esa Galicia no sólo geográfica y territorial, sino de esa “Galicia mundo adelante”, de esa realidad diaspórica a la que definió como “célula de universalidad”.

Rivas también se refirió a la lengua gallega y señaló que “la extinción de una lengua es una pérdida para toda la humanidad de ese don heredado”, y también se refirió al concepto acuñado por Miguel Torga de que “lo universal es lo local sin barreras”, así como a la necesidad de añadir a la trilogía de las luces (libertad, igualdad y fraternidad) “el valor de la diversidad”.

En otro momento de la conferencia se refirió a la historia y la memoria, alertando contra el “virus de la desmemoria” y los riesgos que entraña contra el pensamiento. “Somos lo que recordamos”, como diría Calvino. De los “lugares y no lugares”, de esa Galicia inconformista, de su historia, de sus sueños y sombras, de como su himno se pregunta “que di a natureza”, el ecologista de las palabras y la voz más joven de la Real Academia Galega finalizaría explicando que “cada uno escribe como respira”.

‘Magosto’

Por otro lado, un año más y como marca la tradición (‘por San Martiño faise o magosto con castañas e viño’), la Sociedade Galega ‘Sementeira’ celebró con enorme éxito el ‘Magosto 2011’, (fiesta que procede de la tradición celta, mediante la cual se festejaba el paso del verano al invierno, y en la que la castaña recupera la importancia que el maíz y la patata le fueron arrebatando en los últimos siglos). Los comensales degustaron lacón con grelos, para posteriormente rendir tributo a la reina del otoño. Pero lo fundamental, además de la comida, fue la jornada de convivencia vivida por todos los asistentes.