Por otra parte, en Badajoz, dos militares fallecieron al estrellarse el caza F-5 que tripulaban cerca de la base de Talavera la Real.
El primer accidente se produjo cuando el helicóptero, perteneciente a la empresa Centros Ecológicos de Andarax, cayó al suelo por motivos que aún se desconocen. El aparato se incendió y causó la muerte en el acto de sus tres ocupantes. Al parecer, el aparato había salido de Aguadulce, en Almería, y su viaje tenía carácter privado. Al parecer, los dos ocupantes habían alquilado el aparato, que en ocasiones se utilizaba para fumigar, con el fin de trasladarse a Bullas, en Murcia.
Práctimente a la misma hora, se producía un segundo accidente aéreo con consecuencias trágicas. Un avión de combate F-5 del Ejército del Aire, con dos tripulantes a bordo, se estrellaba a unos dos kilómetros de la población pacense de Burguillos del Cerrol. Esta población está ubicada a unos sesenta kilómetros de la base aérea de Talavera la Real, de la que habían partido. Los fallecidos son el capitán instructor del Ala 23 de la base de Talavera, de 31 años, y un alférez alumno, de 24 años, que realizaba un vuelo de prácticas. El aparato desapareció del radar de la base extremeña, por lo que el Ejército puso en marcha el servicio de búsqueda y salvamento del aparato y sus tripulantes.
Al parecer, en el momento de iniciarse el vuelo las condiciones meteorológicas eran adversas y se registraba una fuerte tormenta. El Ejército del Aire abrió una investigación para determinar las causas del accidente.