España no deleitó, pero ganó, por 3 a 2, tras superar dos veces un marcador en contra, con un equipo joven con una media de edad que no supera los 24 años y que supo afrontar la noche gélida en Valladolid. Cesc, que juega en el Arsenal de Londres, dio sentido al equipo, tocó, presionó con agresividad y mostró su verticalidad. Fabricó el primer gol, que remató David Villa, el delantero más en forma del fútbol español.
Costa de Marfil, posible revelación en el Mundial, dejó claro que dominan el contragolpe y que puso en evidencia los fallos de concentración general de España, imperdonables en un partido de un Mundial.
Luis Aragonés, que también dio la oportunidad de debutar al hispano-brasileño, Marcos Senna, aprovechó el partido para ver sistemas. Y el segundo gol no tardó en llegar. Reyes, otro futbolista del Arsenal, se animó con un disparo que se coló por la escuadra de la portería rival. El defensa central del Betis, Juanito, cabeceó un córner para dar a España un triunfo que debe de servir de estímulo a este nuevo equipo de Luis Aragonés.