Casi cien emigrantes y descendientes aprenden cocina gallega en Montevideo

El éxito de convocatoria obligó al maestro enviado por la Xunta a dividir a los alumnos en dos turnos

Dionisio Gómez, un coruñés nacido en Culleredo, quedó sorprendido al encontrarse con un aula de más de 90 alumnos que concurrían en una fría noche del invierno Montevideano a conocer los secretos de la cocina gallega.
Tuvo que partir la clase en dos, dictando en realidad un curso por la tarde y otro por la noche, en lugar de uno como tenía previsto hacer. Es la primera vez que llega a estas tierras del Plata, pero ya confesó que “la carne es muy buena”, aunque no reprochó el hecho de faltar la variedad de pesca que hay en Galicia, igualmente “está bien lo que hay”.
Sin embargo, explicó que “no hay cultura de pescado aquí en Uruguay”, precisando que hay no más de dos formas de prepararlo extendidas en esta ciudad.
En su numeroso grupo de alumnos, Dionisio se ha encontrado con emigrantes gallegos y descendientes de ellos, muchos de los cuales ya son la tercer generación y “desconocen totalmente la cocina de sus ancestros”. De hecho, hasta los propios emigrantes la tienen un tanto olvidada, pero es aprontar los ingredientes delante de ellos y ya casi ellos mismos comienzan de recitar la preparación.
“Es muy provechoso este tipo de encuentros y cursos, porque despierta el interés en las terceras generaciones, que generalmente no recuerdan nada de la cocina de sus abuelos, porque no la conocieron o simplemente porque eran chicos cuando cocinaban”, afirmó Gómez. Al respecto puntualizó que la cultura gallega tiene también en la cocina una expresión propia y única dentro de España, por lo que difundir la misma es también hacer cultura.