Casa de Galicia de Montevideo homenajea en su centenario a sus socios más veteranos

Algunos de ellos llevan en la institución desde hace más de ochenta años

Funcionarios jubilados reciben sus medallas.
Sonia Méndez Peirano recibe su medalla y dona un óleo.
Tomás Álvarez recibe su medalla como exempleado de Casa de Galicia.

El acto, que tuvo lugar el pasado 1 de noviembre, reunió a un cuarto de millar de socios, funcionarios y exfuncionarios que llenaron el salón de fiestas de la entidad.

En este, la directiva presidida por Manuel Ramos, entregó, con gran cariño, una medalla a varios socios y funcionarios por su apoyo a la sociedad gallega. En el acto la Junta Directiva quiso “destacar especialmente a aquellos asociados más antiguos que se han mantenido fieles a Casa de Galicia desde su ingreso, hace ya 80 años, a través de la entrega de una medalla alusiva”.

Los homenajeados fueron: Gervasio Núñez Dardano, José Santiago Rojo, Jorge Corbeiras Mori, Hugo Nieto González, Lidya Alonso Calabrese, Jesús Paz Pena, Raúl González Rodríguez, Washington Ucha, Pedro Martínez Velo, Juan García Méndez, Gladys Corbeiras, José Pose Fondo, Omar Filgueira Rico, Sonia Méndez Peirano, las hermanas Elsa y Gloria Pérez Chilotti, Elena Domínguez Rodríguez, Walter Abelenda y Jaime Vázquez Rodríguez.

Cabe destacar que la homenajeada Sonia Méndez, hija de uno de los fundadores de Casa de Galicia, quiso aportar su granito de arena al rico patrimonio cultural atesorado por la institución, regalando un óleo realizado en un taller con sus compañeros.

A continuación, se destacó a los funcionarios jubilados entre el 2013 y el 2017 que, en algunos casos, llevaban más de treinta años desempeñando tareas sanitarias y administrativas.

El reencuentro provocó una gran alegría y emoción entre los presentes, y hubo instantes conmovedores, como por ejemplo cuando la directora técnica, María José Cancela, quiso homenajear a una matrona que trajo al mundo durante más de 25 años a una “inmensa cantidad de niños y niñas” en el hospital de Casa de Galicia.

Para finalizar, Manuel Ramos entregó una medalla a Tomás Álvarez, actual vicepresidente, que acudió acompañado por su hija y por el presidente de la Federación de Sociedades Gallegas de Uruguay, Ramón Nogueira, quién recibió el obsequio embargado por la emoción.

A través de esta conmemoración, el presidente de la entidad quiso rendir homenaje a todos los funcionarios pronunciando unas sentidas palabras: “Tendría que hacerlo con todos, porque todos han hecho posible que Casa de Galicia sobreviviera y creciera en estos cien años, pero le voy a entregar la medalla a quién había sido funcionario y ahora me acompaña en la directiva”.

Durante el evento se recordaron aquellos tiempos de las primeras décadas del siglo pasado, cuando Montevideo era puerto de llegada para un gran número de emigrantes y un pontevedrés, nacido en Baiona, José María Barreiro, al frente de un grupo de gallegos que aspiraban a que la colonia tuviera una gran personalidad colectiva, propuso asociarse en una institución para “fomentar la unión entre los naturales de Galicia y sus descendientes, proporcionándoles instrucción, recreo, beneficiencia, trabajo y asistencia sanitaria”.

Así fue como el 1 de octubre de 1917 nació la Casa de Galicia de Montevideo, presidida por una Junta Directiva, encabezada por Marcial Yáñez.

Desde su nacimiento hasta la actualidad, a esta entidad, que es la que cuenta con más socios en la diáspora, le han sucedido muchas juntas directivas formadas por centenares de gallegos y gallegas emigrantes que dieron lo mejor de sí en aras de la construcción de una sociedad que los identificase.

Ramos explicó, apoyado por la proyección de algunas imágenes históricas, que “queremos homenajear a todos aquellos que han hecho su aporte para llegar a transformar a Casa de Galicia en una gran institución”.