Carta abierta del secretario xeral da Emigración de la Xunta de Galicia, Santiago Camba, a la directora general de la Ciudadanía Española en el Exterior, Pilar Pin

«Es paradójico que el actual gobierno socialista sea el responsable de finiquitar las políticas sociales a favor de los españoles residentes en el exterior. Hemos podido comprobar que, en la última legislatura, la Dirección General de Ciudadanía Española en el Exterior, que Vd. dirige, ha perpetrado el mayor latrocinio presupuestario conocido en la historia de la democracia española en relación a los fondos que todos los españoles ponemos a disposición de los más de 1.750.000 paisanos que viven fuera de nuestras fronteras.

Primero el anterior director general, Sr. Torres, y ahora Vd., Sra. Pin, han defraudado gravemente las asignaciones públicas en materia de protección social y de la salud de los emigrantes y residentes españoles en el exterior y en el sostenimiento del movimiento asociativo, mutual y de protección social de nuestras comunidades españolas a favor de intereses partidarios y con el objeto de generar una campaña electoral permanente a mayor gloria del Partido Socialista.

Sra. Pin: no ha tenido siquiera la ética democrática suficiente para, en estos momentos en que España y los españoles estamos afrontando una crisis económica como nunca conocimos en nuestra historia reciente, demostrar un mínimo de sensibilidad y compromiso social con la España exterior. Mientras, se reducen las partidas necesarias para sostener a los ancianos españoles residentes en el exterior y se les deja en grave riesgo de exclusión social. Sra. Pin, gasta Vd. el presupuesto de su Dirección General en financiarse viajes suntuosos por el mundo repartiendo medallas de la emigración y articulando la campaña electoral del PSOE en las próximas elecciones del 20 de noviembre.

Sra. Pin, estas líneas no son fruto de mi legítimo interés por defender las posiciones de mi partido, el Partido Popular, en relación al bienestar de los españoles que viven fuera de nuestro país; esta reflexión está motivada por la honda frustración e indignación que, como ciudadano, me produce su falta de responsabilidad y compromiso público.

Los responsables públicos nos debemos al conjunto de la ciudadanía, y las actuaciones en interés particular o de un determinado partido colocan al gestor público que las realice fuera de la ética democrática exigible a los que hemos sido nombrados para servir al ciudadano y no para servirnos de nuestros cargos.

Le puedo asegurar, sra. Pin, que estas conductas no van a caer en saco roto. Usted debió aprender una lección cuando fue apartada de la dirección de la Fundación Galicia Emigración por servirse de las ayudas públicas en beneficio de los intereses de su partido. Es cierto que el Gobierno de España y el PSOE en lugar de mantener el debido distanciamiento ante sus actitudes le premió ascendiéndola meteóricamente a la máxima responsabilidad en la gestión de las políticas de emigración y… aquellos barros trajeron estos lodos. Le aseguro que sea cual sea el resultado de las próximas elecciones del 20N, no vamos a dejar de exigir y reclamar las responsabilidades de sus acciones y decisiones en los ámbitos políticos y judiciales pertinentes.

Para colmo de la desfachatez de esta política de cortijo y caciqueo que usted practica desde que fue nombrada, ha sido capaz de excluir a las comunidades autónomas españolas, por primera vez en nuestra historia, del debate en el máximo órgano de discusión de las políticas referentes a los españoles ausentes. Este año, el V pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior se va a convertir en un teatrillo donde sólo hablarán los que nada le tengan que decir. Usted ha decidido que la voluntad soberana democráticamente expresada en las pasadas elecciones autonómicas no va con su departamento y, por tanto, las autonomías no son parte integral y esencial del Estado español.

Pues bien, Sra. Pin, aunque mayoritariamente y, le reitero, por voluntad soberana de los españoles, la mayoría de las autonomías están gobernadas por el Partido Popular, el Consejo General no es su latifundio y usted no se puede pasear por el decidiendo lo que podemos hacer y decir “sus jornaleros”. La Democracia es representación y participación, la Democracia es crítica, debate y acuerdo. Lo que usted plantea se parece más a la democracia orgánica que sufrimos durante tantos años y que superamos mediante la generosidad, el diálogo y el acuerdo. Repase usted nuestra transición democrática a ver si se le pega algo de aquel espíritu que engrandeció a España y la puso en la senda de la modernidad.

Sra. Pin, consideramos que usted y el Partido Socialista que la sostiene están entrando en una peligrosa deriva democrática, vamos a seguir sus actuaciones para garantizar un mínimo de respeto institucional a nuestros paisanos en el exterior y al proceso electoral que se abrirá en breves fechas. Le recuerdo el deber que, como cargo público, tiene de abstenerse de realizar acciones de campaña electoral a partir del 27 de septiembre, y la emplazo a que explique por qué se va usted a Argentina a reunirse con los jóvenes de ese movimiento asociativo, tan bien nutrido con los impuestos de los españoles y que parecen un satélite de las juventudes socialistas, y a visitar entidades gallegas que no han recibido ni un mínimo de ayuda por parte de su departamento.

Si el Partido Popular consigue el respaldo mayoritario de los españoles el próximo 20 de noviembre, le puedo asegurar que será una política esencial del próximo gobierno la restauración de los valores democráticos en los órganos de representación de los españoles ausentes, la libre concurrencia a las ayudas públicas, la transparencia en la gestión de los fondos públicos, el mantenimiento de las políticas sociales y el fortalecimiento y apoyo al movimiento asociativo de los españoles en el exterior; ese movimiento que surgió mucho antes de que usted naciera y que tantos y tan buenos servicios ha prestado, presta y prestará en el futuro a los españoles que viven fuera de nuestras fronteras».