Este largometraje narra la peripecia de una familia que emigra a Suiza y lo duro que se les hace el retorno a España.
El pasado 3 mayo el director de cine Carlos Iglesias, acompañado por buena pate de su equipo presentó en A Coruña la película ֫ franco, 14 pesetas’. Se trata de un largomentraje en el que se cuenta la emigración de dos jóvenes oficial fresadores de primera, Martín (Carlos Iglesias) y Marcos (Javier Gutiérrez) a una pequeña localidad suiza. Viajan con la esperanza de lograr un mayor nivel de vida y conseguir el dinero necesario para que sus respectivas familias puedan mejorar. Además, a su llegada a Suiza -se trata del año 1960- descubren un mundo nuevo, no sólo en el paisaje sino también en las costumbres, la forma de vida y también el hecho de vivir en una democracia.
Carlos Iglesias narra, en esta su primera película como directos, su propia experiencia como hijo de emigrantes. Y lo hace de forma amable y sentida. Ofrece al espectador un relato sentido en el que priman los buenos recuerdos de una experiencia vivida por millones de españoles en la que no faltaron, también reflejados en la película, la dureza de la nostalgia, el desarraigo o la lejanía de la familia.
“Esta película sale del estómago”, señaló Iglesias durante la presentación. Su intención ha sido enseñar al público que muchos españoles recibieron un trato ejemplar cuando emigraron (igualdad de salarios, atención similar a la de cualquier nacional del país al que emigraban, igualda de oportunidades…).
“Alrededor de cuatro millones de españoles emigraron a Europa en esos años y puede que haya hasta cuatro millones y medio de historias y experiencias. Yo no he podido abarcarlas todas y he querido presentar lo que ha sido mi experiencia y la de mi familia, corroborada con entrevistas con otras 58 familias”, explicó el director.
“Recuperar nuestra memoria nos puede ayudar ahora que somos un país de inmigrantes”, destacó el director. Y ésta es otra de sus intenciones. “Hay otro tipo de emigración”, señaló al destacar el buen trato que recibieron los españoles cuando emigraron a países como Alemania o Suiza.
Esta película, que se estrenó en las salas españolas el pasado viernes 5 de mayo, fue rodada en España y Suiza. “Allí nos ofrecieron todo tipo de facilidades -dijo el director que añadió que- y pudimos rodar en la misma casa en la que había vivido yo”.
Carlos Iglesias tuvo que esperar cuatro años para poder llevar a cabo este proyecto y encontró muchas dificultades para encontrar financiación para llevar a la gran pantalla el guión que el mismo había escrito.
El resultado final ha sido una película entrañable, centrada no en las grandes y graves consideraciones sobre lo que significan los movimientos migratorios, sino en la historia ordinaria de dos personas concretas que deciden buscar una vida mejor para sí mismos y para los suyos. Puede que algunos espectadores consideren que se quedan cosas en el tintero, pero la experiencia de muchos miles de españoles se verá reflejada en esta película.