Rivero se reunió con el ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero, con quien pactó el viaje de una misión de Cuba al archipiélago español en junio para conocer la “experiencia turística” de Canarias y hacer llegar directamente al empresariado canario su “invitación” para invertir en el desarrollo turístico de la isla antillana. Las conversaciones también abordaron el interés de impulsar una conexión aérea directa entre Canarias y La Habana.
Rivero resaltó asimismo que deja Cuba con una invitación oficial para participar en la Feria Comercial de La Habana, que se celebrará en noviembre.
Su agenda en la isla incluyó reuniones con el primer vicepresidente, José Ramón Machado; el líder de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, y el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca. También fue recibido por uno de los vicepresidentes del Consejo de Ministros, José Ramón Fernández, y el presidente del Tribunal Supremo, Rubén Remigio, con quien clausuró un foro de jueces y magistrados.
El viaje de Rivero a Cuba provocó la dimisión de Miguel Cabrera Pérez-Camacho como portavoz del PP en el Parlamento de Canarias. El diputado conservador anunció en un comunicado que había presentado su renuncia porque sus críticas a la visita del presidente del Gobierno de Canarias “a la dictadura cubana” habían motivado “la pérdida de confianza del presidente regional del PP, José Manuel Soria”. En declaraciones a un rotativo regional, Pérez-Camacho calificó de “disparate absoluto” el viaje de Rivero a Cuba y lo tildó de “campaña electoral”. Soria respondió que el PP respaldaba la visita del presidente regional a la Isla y que las opiniones del portavoz parlamentario eran “personales”. No era la primera vez que Pérez-Camacho disentía de su grupo parlamentario.