Con la Ley en la mano

Busco una camiseta con la frase: Yo también soy emigrante

Por Ricardo Martínez Barros

“Ich bin ein berliner” (soy berlinés): Esa frase pronunciada un 26 de junio de 1963 por el que fuera presidente de los EE.UU. John F. Kennedy desde el balcón del edificio de la Rathaus en el llamado entonces Berlín Occidental, no sólo era un deseo sino también un compromiso de solidaridad y ayuda a los que estaban sufriendo las penalidades impuestas por un régimen comunista que obligó a dividir una ciudad, un país, sin más finalidad que la puramente político-militar.

No le hizo falta al presidente Kennedy exhibir ninguna camiseta o pancarta con la famosa frase, ni tampoco hizo falta colgar la misma de ningún balcón o estrado del Congreso. Sobran los gestos y las alharacas cuando hay una firme voluntad de querer hacer aquello que es necesario. Eso es la POLÍTICA o mejor dicho, esa es la definición que mejor debiera definir a la POLÍTICA, según el pensador político Charles Maurras. Allí en donde haya una necesidad tiene que haber un derecho.

Analizo el comportamiento de las distintas ideologías políticas, escudriño el pasado de alguno de nuestros líderes, trato de entender los mensajes y soy permeable a toda iniciativa que encierre un pensamiento razonable. Pero me resulta inexplicable que se dedique más tiempo, energía y medios para defender o defenestrar al Toro de la Vega (que merece todos mis respetos culturales) que ocuparse de los graves problemas que arrastra la emigración española. ¿Sería mucho pedir a esos que tantas camisetas guardan en sus armarios para exhibirlas en el Congreso que alguna vez exhibiesen una camiseta con la frase: YO TAMBIÉN SOY EMIGRANTE?

Civis romanus sum, repetían con orgullo los ciudadanos romanos, para expresar el haz de derechos que conllevaba el portar tan insigne condición. Todo lo contrario parece mostrar nuestra condición de emigrantes. Porque el emigrante es un capado de sus derechos fundamentales (¿cómo se puede decir que tenemos el derecho al voto, cuando menos del 5% puede ejercerlo?) y perseguido fiscalmente, con un tratamiento indigno y discriminatorio para el que tanto ha contribuido y contribuye a la riqueza nacional.

Estoy deseando que se inicien las nuevas sesiones del Congreso de los Diputados, porque no me cabe la menor duda que todos los congresistas van a vestirse ese día con una camiseta que pondrá: YO TAMBIÉN SOY EMIGRANTE. Y con orgullo, desde ese día, ya podremos gritar: Ich bin ein emigrant.