Aumentan las protestas de los pensionistas de Venezuela en España al agravarse su situación

Varios afectados han fallecido, registrándose incluso un suicidio

Imagen de la protesta en Vigo del pasado 13 de febrero ante la Delegación de la Xunta.

Es el caso de un grupo de damnificados que se manifiestan todos los martes en Vigo, en número aproximado de medio centenar, ante la delegación de la Xunta de Galicia para pedir algún tipo de ayuda de emergencia.

“Ahora la situación es crítica”, según denuncia la responsable de Relaciones Institucionales de la Asociación de Pensionados y Jubilados de Venezuela en Galicia (Apejuveg), María Fernanda Ruiz Martín, quien recuerda que “durante muchos años la pensión de Venezuela era de 200 euros y  España si la no contributiva vigente aquí era de 400 euros, la complementaba hasta esa cantidad. “Hasta que Venezuela empezó a mandar una pensión muy alta por la distorsión de la moneda: subían el salario mínimo y se quedaba fijo el cambio y llegó a 1.300 euros, pero eso no duró nada. Entonces, a finales de 2015, en España les quitaron el complemento a mínimos y Venezuela dejó de pagar”, explicó. Y desde entonces España no les volvió a dar nada puesto que la pensión de Venezuela era muy alta, superior a la mínima, pero la dejó de pagar y el Gobierno de Caracas no reconoce este impago. 

“No es solo que le quiten el complemento -añade María Fernanda-, sino que al no ser pensionistas no contributivos no tienen derecho a la Sanidad, tienen que pagar el 40% de las medicinas cuando antes las tenían gratuitas y les quitan el abono de autobús porque tienen una pensión”.

Los afectados denuncian que llevan ya 30 meses sin cobrar nada, aunque a día de hoy si la recibiesen sería únicamente de 9 euros por la tremenda devaluación de la moneda venezolana. Aseguran además que los tribunales han reconocido ya en algunas sentencias individuales el derecho que tienen los emigrantes retornados de recibir complementos a mínimos, pensión no contributiva o asistencial por ancianidad porque su pensión de Venezuela no está devengada realmente, e incluso sería inferior a 9 euros, sin permitir satisfacer sus necesidades básicas dejándolos en situación de desprotección y pobreza.

En Galicia, además, la situación se complica por la huelga de los funcionarios de Justicia que está aplazando la fecha de los juicio y eso les produce depresión, ansiedad e incluso les conduce a estados de enfermedad severa, como el de Esteban Janeiro Santiago que en octubre entró en cama y no salió, falleciendo de tristeza y enfermedad el día 10, cuando la fecha de su juicio era el 13 de diciembre. O el caso de Marisa, que llevaba meses sin cobrar la pensión, sin luz, ni agua ni medicamentos y no pudo más y se ahorcó en su domicilio de Asturias. Esta venezolana había sobrevivido unos meses gracias a la ayuda prestada por sus vecinos que le llevaban comida y medicinas, pero no tenía familia ni nadie que pudiera ofrecerle cobertura y no aguantó la situación.