Con la ley en la mano

¿Así habló el pueblo?

Por Ricardo Martínez Barros

El 26J es ya historia. Y como habíamos previsto, sólo un 6,3% de los españoles residentes en el extranjero han podido votar. Es un porcentaje vergonzoso y. al mismo tiempo, engañoso, pues no es cierto que nuestros emigrantes se desentiendan de la ‘cosa publica’. Simplemente que los procedimientos e instrumentos jurídicos puestos a su alcance a la hora de votar son trasnochados, impúdicos e insostenibles. Hay que ser un héroe y tener mucha fe para conseguir que el voto emigrante llegue legalmente a su destino y sea efectivo. Y esto debe hacernos reflexionar.

Los grandes ‘conductores de la opinión pública’, a la vista de los resultados electorales, se esfuerzan en hacernos creer que ‘el pueblo ha hablado’, en una especie de actualización nietzscheana de la versión de Zaratustra, como ser supremo que “está hastiado de ser tan sabio y harto conocedor del sentir humano”. Y, en consecuencia, los diputados elegidos deben actuar en consecuencia, porque Zaratustra, es decir, el pueblo, ha hablado.

Pero los elegidos y los que ‘construyen a diario nuestras opiniones’ no son capaces de entender ese lenguaje supradivino que es el ‘lenguaje de las urnas’ que es como se expresa el pueblo. Y, claro está, si no interpretamos lo que el pueblo ha querido decir, mucho me temo que habrá que convocar nuevamente al pueblo para que haga interpretación de su propio lenguaje supremo, porque los seres diminutos que componen el pueblo no son capaces de reflexionar y acercarse a lo que el lenguaje de la voluntad popular quiso expresar

Y mientras tanto casi 1.900.000 españoles residentes en el extranjero aún están esperando la papeleta para votar y unas cuantas decenas de miles de nuestros jóvenes se apuran para programar su vida profesional fuera de nuestras fronteras porque el lenguaje de este pueblo que ha votado siguen sin entenderlo. Y, sinceramente, yo tampoco. De manera que voy a refugiarme en ese lenguaje tan universal e inteligible que es la música. Y le pediré otra vez a Richard Strauss que vuelva a crear un nuevo poema sinfónico con el título ‘así habló el pueblo’, a ver si a esos 350 diputados que nos representan se les ablandan los osículos auditivos y logran armonizar una sociedad en la que se consagre la reflexión y el sentido común.