El pasado sábado 30 de diciembre se enterraba en la ciudad mexicana de Guadalajara al empresario gallego Manuel Teixeira Guerra, que fue hallado muerto por un disparo en su vehículo la madrugada del 21 al 22 de diciembre. Natural de la localidad ourensana de Beariz, los primeros datos apuntan a que pudo haber sido sorprendido por unos asaltantes cuando viajaba en su coche entre las localidades de León y Guadalajara, donde posee varios negocios hoteleros. El motivo del asesinato pudo ser el robo.
Teixeira poseía varios negocios en México, gasolineras y hoteles, y allí residía buena parte del año con un hijo suyo, mientras que su mujer y sus otras hijas vivían en Pontevedra donde regentaban la conocida cafetería San Francisco, ubicada en pleno centro de la ciudad.
La familia no puedo repatriar el cadáver porque, dadas las circunstancias violentas del fallecimiento, las autoridades mexicanas impiden su incineración y repatriación durante cinco años para tener cerca sus restos mortales por si se precisan durante la investigación del caso.
Manuel Teixeira Guerra, sexagenario, había nacido en Beariz en el seno de una familia muy humilde. Emigró a México hacía décadas junto a otros vecinos de su pueblo. En el país azteca había logrado labrarse una trayectoria profesional. Estaba casado con una vecina de Soutelo de Montes (Pontevedra) muy implicada en causas benéficas en la ciudad de Pontevedra, donde residía, y tenía cuatro hijos.
Aunque el fallecido era un hombre discreto que no alardeaba de sus negocios ni de su patrimonio, en algunos medios se ha publicado que los asaltantes pudieron saber que en ese momento el empresario llevaba consigo una gran cantidad de dinero que seguramente había recogido en alguno de sus negocios, que visitaba habitualmente para hacerse cargo de la recaudación. Este es el motivo por el que se cree que un chivatazo, incluso de alguno de sus empleados, pudo avisar a los asaltantes de la posibilidad de cometer el robo con éxito, una vez que el empresario emprendiera el regreso de una de sus visitas. Los asesinatos, secuestros y extorsiones a empresarios en la carretera que une las localidades mexicanas de León (estado de Guanajuato) y Guadalajara están a la orden del día.