Ángel Dolado, Premio Moisés Calvo 2013 del Centro Soriano de Zaragoza

La entidad quiso reconocer la trayectoria de este juez

Ángel Dolado recibiendo el galardón.
Dolado con autoridades y familiares presentes.
Ángel Dolado, con el galardón.
Dolado posa con la estatuilla del Premio y con autoridades y familiares presentes.

La entrega del Premio Moisés Calvo 2013 a Ángel Dolado tuvo lugar el 31 de mayo en el marco de una cena en el Gran Hotel de Zaragoza, presentada por la periodista soriana de Aragón TV, Ainhoa Irarragorri. Este premio nació hace cuatro años como respuesta a la inquietud por parte del Centro de reconocer a aquellos que a lo largo de su trayectoria personal y/o profesional han destacado de entre los sorianos residentes en la Comunidad aragonesa.
Angel Dolado nació en Soria en 1962, oriundo de Mezquetillas, y con tres años se trasladó a Zaragoza con su familia al incorporarse su padre a la factoría Tudor. En 2008 fue elegido Juez Decano de Zaragoza, siendo reelegido en 2012 por unanimidad. Presidente del Foro Judicial Independiente que agrupa a 350 magistrados, ha recibido entre otras la Medalla al Mérito Social Penitenciario, la del Mérito de la Policía Local de Zaragoza, Procurador de Honor del Colegio de Zaragoza y recientemente la Medalla al Mérito en el Servicio a la Abogacía, la primera que otorga el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) a un juez.
Al acto asistieron, junto a otras 130 personas, el presidente de la Diputación de Soria, Antonio Pardo; la consejera de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, Dolores Ranera; el presidente del CGAE, Carlos Carnicer; el vicepresidente de Caja Rural de Soria, Anselmo García; la senadora Rosa Santos; el deán del Cabildo, Manuel Almor; Sebastian Contín, concejal de Zaragoza; Ramón Tejedor, expresidente de Aragón; autoridades judiciales y miembros de la familia del homenajeado y directivos de Agreda Automóvil, entre otros.
En un mensaje de esperanza dirigido a las nuevas generaciones, el juez Dolado dedicó su premio a su familia, y especialmente a sus padres y abuela “por transmitirle una serie de valores de trabajo y justicia fruto de los esfuerzos que realizaron al emigrar de su localidad natal buscando un futuro mejor”. Asimismo finalizó su discurso apelando al valor de los ciudadanos, ya “que el valor de lo justo y la justicia social sólo está en los ciudadanos, y la labor de los jueces consiste en mostrar cual es el camino para alcanzarlo”.