68 emigrantes de más de 55 años residentes en Suiza vuelven a las aulas gracias al programa UNED Senior

Pueden escoger entre más de 40 cursos de 30 horas lectivas cada uno y no es necesario poseer una titulación previa

Uno de los cursos del programa UNED Senior en Suiza.

Miguel Soto tiene 74 años. Es jubilado, colaborador de una revista, miembro del Ateneo de Zurich y, desde enero de este año, estudiante universitario. Acude cada lunes de 17.30 a 19.30 horas con otros 37 compañeros a unas clases impartidas por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la UNED.

Esta entidad inició hace un año una nueva vía de formación para abordar temáticas que interesaran a las personas de más de 55 años, con el fin de mejorar su calidad de vida. Así nació UNED Senior (www.uned.es/senior/) que, a través de unos 40 cursos, engloba áreas tan diversas como el cine, la informática, el cambio climático o la memoria.
“Después de una charla con el CRE de Berna-Basilea, donde me dijeron que les interesaría hacer algo para que los mayores pudieran estudiar, me pareció que sería una buena idea lanzar aquí este programa”, explica Judit Vega, la directora de la oficina que la UNED tiene en Berna y que atiende a quienes residen en Suiza. Por ello, en junio de 2009 organizó un seminario en Basilea en el que la directora y la coordinadora de UNED Senior en Madrid explicaron a un numeroso público de qué trataba este proyecto.

Tras la jornada informativa, dos asociaciones, la Arco Iris, que acoge a los jubilados españoles de Basilea, y el Ateneo Popular de Zurich se mostraron muy interesadas en organizar uno de estos cursos. “Ahora tenemos 30 personas que estudian los lunes por la mañana en Basilea sobre cómo envejecer en un país extranjero y otras 38 que siguen un curso de “Prevención del deterioro cognitivo. Estimulación mental y de la memoria” en Zurich”, dice Judit Vega, quien, a su vez, es la profesora del grupo de esta ciudad.

Claves del éxito
La característica principal de estos cursos es que son flexibles. No hace falta tener un título académico previo ni hay plazos de matrícula. Constan de 30 horas lectivas presenciales y son los alumnos los que escogen el horario y la frecuencia con la que se impartirán las clases. El precio es muy asequible, 50 francos en Suiza (unos 30 euros), de los que 15 van para la UNED y el resto para el profesor de la asignatura.

La temática la escoge el grupo de entre los 40 cursos que ofrece la universidad o también se pueden proponer temas. Y, además de las clases presenciales, se pueden incluir actividades de extensión académica como la visita al Parlamento de Estrasburgo que el grupo de Basilea tiene programada.

En Zurich la mayor parte de los alumnos tienen entre 60 y 70 años, aunque también hay más jóvenes y algunos que superan los 80. “Lo que más me ha sorprendido es lo activos que son -confiesa Judit-. Tienen muchísimo interés en aprender, son disciplinados, hacen los ejercicios”. Y se muestra optimista con respecto al futuro de esta iniciativa: “Estamos contentísimos. Queremos hacer otro curso en otoño y que, a partir de ahora, se hagan los primeros cuatro meses del año y luego después del verano cuando la gente regrese de sus vacaciones en España.”.

Esta satisfacción también se refleja en las palabras de Miguel Soto, quien, además de asistir como estudiante al curso de Zurich fue uno de los impulsores de la creación de este grupo. “Es muy recomendable que los españoles que están por el mundo realicen este tipo de cursos -sostiene-. Porque estamos en un mundo cambiante y esto te pone al día. Además, como hemos aprendido en las lecciones que hemos tenido, hay que hacer funcionar al cerebro porque si no se activa, se deteriora”.

Mercedes Álvarez, de 73 años, quien, además de ser su mujer es, desde hace cuatro lunes, su compañera de clase, comparte esta opinión: “Muchas mujeres aquí, a nuestra edad, no hablamos bien el alemán y además se nos empieza a olvidar el español. Nos damos cuenta de que nos falta agilidad mental. Se nos olvidan las palabras. Y por otro lado, me parece muy interesante saber cómo funciona el cerebro”.

Vida activa
Ella, que es también miembro del Ateneo y forma parte de la Asociación de Mujeres Españolas en Suiza, es un claro ejemplo de que la vida activa de las personas no tiene por qué decrecer tras la jubilación. También de que la UNED Senior llega en unos tiempos en los que muchas personas mayores se niegan a quedarse a un lado. “A la vuelta del verano me gustaría empezar otro curso -declara Mercedes-. El de informática me interesa mucho. También el de literatura y el que va sobre cambio climático”.

El premio a tanta inquietud y a la asistencia a clase será una entrega de certificados que se realizará en abril. “No quiero avanzar mucho porque es una sorpresa, pero haremos una ceremonia con toda la solemnidad de la universidad para los alumnos de los grupos de Basilea y de Zurich”, anticipa Judit Vega.