El titular del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, anunció el pasado 25 de enero, tras la reunión del comité clínico, que toda Galicia estaría desde el día 27 y durante un mínimo de tres semanas, en el nivel de restricción máxima. “Todas las áreas sanitarias están soportando una presión importante y es necesario reducirla; y eso implica a todos los gallegos y a todos los ayuntamientos”, aseveró, haciendo hincapié en la necesidad de limitar al mínimo las interacciones, las relaciones sociales y la movilidad. De este modo, Feijóo explicó que, con carácter general, las interacciones sociales quedaban limitadas a los convivientes -excepto en el trabajo y en el cuidado de mayores o menores-; la movilidad se reducía al propio ayuntamiento, “salvo cuando no quede más remedio” -para acudir al médico, a un centro docente o al trabajo-; y el toque de queda se mantenía en el máximo que autoriza el Gobierno central, es decir, a las 22 horas, “porque no tenemos capacidad para reducirlo hasta las 20 horas”.
Las actividades esenciales que quedaron permitidas son la sanidad, educación, cuidado de mayores y menores, trabajo y comercio, con los siguientes condicionantes: en el caso de la sanidad, seguirán interrumpidas las visitas a los enfermos, salvo en los casos en que lo precisen por razones de dependencia o cuidado de menores. Y, en materia educativa, las universidades no reanudarán las clases hasta el día 8 de febrero y, durante la primera semana, serán on line; “es decir, habrá clases telemáticas cuando menos hasta que pase el 17 de febrero, a la vuelta del Carnaval”, matizó el presidente de la Xunta.
En cuanto al comercio, sigue funcionando como es habitual el esencial -supermercados, farmacias, talleres de vehículos, etc-. El no esencial permanece abierto hasta las 18 horas exclusivamente, “con el objetivo de que los ciudadanos se recojan lo antes posible en sus casas”; y los centros comerciales cierran los fines de semana.
Asimismo, el cierre de la hostelería es total, excepto para la recogida de pedidos y la entrega a domicilio y para los comedores en el ámbito laboral.
En relación a la práctica deportiva, queda restringida al deporte individual al aire libre y exclusivamente en el propio ayuntamiento, con el cierre de los gimnasios y otros establecimientos interiores destinados la esta actividad. Es obligatorio el uso de mascarilla siempre, también para correr. Y se mantiene la actividad vinculada a las competiciones federadas de carácter nacional e internacional.
En el ámbito de los mayores, se cerraron todos los centros sociales y semejantes, como clubes de jubilados o hogares de la tercera edad. Y, en relación a la cultura, se suspendió también la actividad de museos, bibliotecas o cualquier otro establecimiento cultural o de espectáculos.
Además de estas medidas, Feijóo solicitó a todos los ciudadanos que apliquen “de facto la medida del autoconfinamiento, ya que es la más segura y la que puede parar esta deriva de contagios y de ocupación hospitalaria”, sentenció. Igualmente, abogó por alcanzar un consenso nacional para limitar también las interacciones en los centros laborales. En esta línea, pidió colaboración a los emprendedores para que, “desde ya”, apuesten por el teletrabajo.
“En definitiva, toca un esfuerzo más y un nuevo ejercicio de especial responsabilidad”, ahondó Núñez Feijóo, insistiendo en la necesidad de reducir los contactos para doblegar la curva y reducir, entre todos, la presión asistencial.