Más de un centenar de emigrantes españoles mayores de 65 años de edad se reunieron en el segundo encuentro de la tercera edad organizado por el Centro Gallego de Montevideo con la colaboración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en el polideportivo de Carrasco donde sumaron alegría y camaradería a un almuerzo con los típicos callos de otoño.
El primer sábado del frío junio montevideano, el salón principal del complejo deportivo del Centro Gallego en Carrasco recibió a casi un centenar de emigrantes españoles mayores de 65 años que, con el arreglo de la vicepresidenta de la entidad, Sandra Calvar, y los miembros de los cuerpos de baile de la institución, le pusieron calor a la fría tarde.
Este encuentro fue apoyado por el Programa de Mayores y Dependientes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España, ahora denominado Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en su convocatoria 2017 de la Dirección General de Migraciones.
En esta oportunidad la gastronomía tradicional española estuvo representada por los platos de callos que llenaron la mesa que ya despedía el aroma de la cordialidad, los encuentros entre emigrantes que hacían años que no se veían y los recuerdos que hacían pasar desapercibida la lluvia que caía en la capital uruguaya.
En nombre del consejero de Empleo, la funcionaria de la oficina laboral Beatriz Doldán, junto a la vicepresidenta del Centro Gallego, agradecieron a todos la participación y la oportunidad de poder hacer este encuentro que por la música y bailes que luego se desarrollaría con los músicos y danzarines de la institución organizadora, hacía recordar a aquellas romerías en el Campo Español ubicado en el barrio de Villa Española de la capital uruguaya.
Luego de que los jóvenes hicieran sus galas, los invitados salieron a bailar los pasodobles que el pincha discos hacía sonar en el salón principal.
También estuvieron presentes residentes del Hogar Español, quienes se divirtieron tal como acostumbran a hacerlo todos los viernes cuando disfrutan con algunos integrantes de ‘os gaiteiros de antes’ en el salón del piano del residencial, con bailes, comidas y el festejo de los cumpleaños. Justamente esto último no faltó ya que había tres cumpleañeros entre los invitados, que soplaron las velas de las tartas que le pusieron el dulce final al encuentro.
