Publican en Buenos Aires ‘Jugarse en otra orilla’, un conjunto de relatos sobre la emigración gallega de la autora María Rosa Iglesias

La obra presenta las dificultades que los trasterrados tuvieron que atravesar, más allá de la visión romántica con la que a veces está idealizada la emigración

María Rosa Iglesias
María Rosa Iglesias.

Desde este mes de diciembre ya se puede conseguir en librerías porteñas Jugarse en otra orilla, segundo libro de la autora María Rosa Iglesias, en el que a través de varios relatos cortos novela casos reales de emigrantes y exiliados gallegos en Argentina con el objetivo de acercarse a la interioridad de quienes buscaron construir lejos de su tierra de origen un destino mejor para sus familias.

En su primera novela, Aurelia quiere oír, Iglesias ya había recreado de manera novelizada su propia experiencia como emigrante gallega llegada a Argentina en la década del 50 del siglo pasado, poco antes de cumplir cinco años, junto a su madre y su hermano de nueve años, para reencontrarse con su padre, que había emigrado cuando ella tenía tan solo tres meses. Publicado en 2019 por Editorial Paradiso, dicho relato habla sobre las dificultades de una pequeña niña adaptándose a un nuevo mundo al que debe enfrentar desde su condición de hipoacúsica.

En su segundo libro, editado por Bärenhaus y disponible en librerías Yenny y Cúspide, la autora ramifica esa experiencia personal a través de otras historias reales distribuidas en 21 relatos cortos.

Sobre cuáles fueron los motivos que la llevaron a volver a escribir sobre la emigración, explicó: “La necesidad de reparar tanto sufrimiento, de evocar a personas humildes y corajudas que, con disciplina y paciencia, construyeron un porvenir mejor, si no para ellos, para sus hijos. Y también para cuestionar, tal como se dice en la contratapa del libro, el mito de que en la Argentina, durante gran parte del siglo XX, los emigrantes realizaron sus sueños. Nada fue tan simple”.

Siguiendo esa idea, resaltó que más allá de la visión romántica con la que a veces está idealizada la emigración, eran muchas las dificultades que los emigrantes debían enfrentar: “Hoy los argentinos ven aquellos años como una época de oportunidades. Lo que no ven o no quieren ver son las inteligentes estrategias de esas personas que llegaban, en su mayoría, sin estudios, a veces sin más oficio que saber cavar la tierra o pescar. Y que, por su deseo de regresar lo más pronto posible con dinero para aliviar las necesidades y deudas de la familia, se radicaron en zonas urbanas, lo cual los hacía parecer mucho más rústicos de lo que eran”, subrayó.

En ese sentido, señaló que muchas veces los emigrantes debían enfrentar “la soberbia, injusta y despectiva mirada de los urbanitas sobre los campesinos, el menosprecio de culturas construidas en directa relación con la naturaleza y que supieron adaptarse al medio y extraerle lo máximo posible para sobrevivir. Por eso mis personajes son complejos, como lo eran en la realidad las personas que conocí y como lo son todos los seres humanos, tengan el origen que tengan”.

Iglesias, con estos relatos, pone luz sobre las frustraciones y dolores que a veces se ocultan detrás de los éxitos: “Los gallegos debieron construir una autoestima mellada por la pobreza y por el estereotipo descalificador, por las burlas a su condición étnica. En los últimos lustros, numerosos historiadores están revelando la obra silenciada de la emigración española en general y gallega en particular”.

En la misma tónica, resaltó que son numerosos los testimonios de personas prestigiosas que ocultaban sus orígenes gallegos para no ser víctimas de mofa. “El prejuicio nace de ignorar o subestimar las dificultades que afrontaron esas personas, que podían ser humildes pero eran ingeniosas, voluntariosas y supieron triunfar, como dijo Roberto Arlt, donde otros fracasaban”, resaltó.

Los relatos incluidos en Jugarse en otra orilla incluyen recreaciones de la vida de personajes históricos como el Dr. Sánchez Guisande, exiliado de la Guerra Civil, o de Antonio Soto y Máxima Lista, “protagonistas de la epopeya de la Patagonia trágica, oculta por la historia oficial hasta que Osvaldo Bayer la difundió en toda su crudeza”.

Estas historias son mechadas con las de otros emigrantes anónimos, “como mi tío Andrés, un desconocido para la mayoría de los clientes que saborearon la pizza que creó. Él iba de madrugada a preparar la masa madre que se preparaba en su Galicia. Aunque mi tío ya falleció, la de El Fortín sigue siendo una de las pizzas más famosas de Buenos Aires. Lo mismo su pastelería, de la que se ocupaba mi padre, Manuel Iglesias Raíces”.

Los relatos, más allá de haber sido novelizados, son profundamente realistas y describen episodios habituales de la cotidianeidad vivida por los emigrantes: la espera de la carta que no llega, las repetidas inundaciones en Avellaneda (zona en la que residía un altísimo porcentaje de emigrantes gallegos), mujeres jóvenes engañadas por las mafias, obreros y mucamas explotados.

“De todo había en aquellas épocas de aluvión migratorio y de progreso, pero también de mucho dolor. Y lo que más había era la voluntad de superar obstáculos. La vida siempre fue dura para las clases bajas. Siempre exigió sacrificio y tácticas ingeniosas para superar la pobreza y la poca instrucción. Manolo, Pepe Fontán, Mercedes, María Balboa, la María Rosa que escribe el epílogo, muestran la necesidad de tener metas, posibles o imposibles, pero que nos elevan sobre nosotros mismos y sobre la injusticia. Y que den sentido ético a la vida”, añadió la autora.

El libro está dedicado a sus dos hijos, Ruy y Mónica: “Sin ellos, no hubiera escrito estas historias. Ruy, que es historiador, me proveyó del marco histórico que mi biografía necesitaba y, con ello, comprender aspectos de la emigración gallega. Mónica, que es geógrafa, dirigió mi mirada hacia cuestiones sociales que atraviesan a las clases más necesitadas”.

“Espero que el lector se conmueva con estos relatos, que se meta en la piel de los protagonistas y tema y espere y se alegre con ellos –resumió Iglesias–. Porque toda experiencia del pasado alumbra el presente. Y porque aquellos gallegos no eran un estereotipo risible, sino personas de carne y hueso llenos de las virtudes que sobrepasan los defectos humanos, eran inteligentes, sensibles, generosos, sacrificados. Miraron por el porvenir de sus hijos y por el país de sus hijos. Y eso es mucho”.

2 comentarios en “Publican en Buenos Aires ‘Jugarse en otra orilla’, un conjunto de relatos sobre la emigración gallega de la autora María Rosa Iglesias

  1. En medio de tanta ficción superficial que se publica, enhorabuena por una obra que vuelva a hacernos sentir en profundidad la emoción de estar vivos.
    Hay que, necesariamente, comprar este libro y vivir a través de su lectura esas experiencias humanas universales de la emigración. Gracias, María Rosa Iglesias, por el regalo de la veracidad vital!

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.