Los resultados de las elecciones gallegas y vascas suponen un toque de atención para el PSOE y un fracaso estrepitoso de Podemos

En la lectura en clave nacional tampoco salen bien parados el PP de Pablo Casado ni Ciudadanos

Los resultados de las elecciones gallegas y vascas del pasado 12 de julio también tienen su lectura en clave nacional. En primer lugar, la coalición que gobierna desde hace seis meses España del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP) no saca rédito alguno a esta circunstancia; más bien, al contrario.

Por un lado, el PSOE de Pedro Sánchez recibe un toque de atención, tras la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus y sus pactos a escala nacional con Podemos y varias formaciones nacionalistas e incluso independentistas. En Galicia, no pasa de tercera fuerza política y en el País Vasco se beneficia de la abstención y de su experiencia de gobierno con el PNV. El secretario de Organización, José Luis Ábalos, reconoció que las cifras en Galicia fueron “insuficientes” pero señaló “no hemos ido para atrás, como mucho nos hemos atascado”, como balance general del 12-J.

En el caso de Podemos, el fracaso estrepitoso de Galicia, al quedarse sin representación, y la fuerte caída en el País Vasco provocaron un llamamiento a la autocrítica de su líder, Pablo Iglesias, que reonoció una derrota sin paliativos en estos comicios.

El Partido Popular (PP) tampoco puede estar muy satisfecho puesto que la arrolladora victoria en Galicia se achaca a la labor de Alberto Núñez Feijóo, con lo que esto supone de presión hacia el liderazgo de Pablo Casado, al que le salió muy mal el experimento, decidido en la sede nacional, en el País Vasco de ir en coalición con Ciudadanos.

Una formación esta que ni hizo balance la noche electoral de los resultados desde su sede central de Madrid. Ni su presidenta Inés Arrimadas ni la otra cara visible del partido, el portavoz parlamentario Edmundo Bal comparecieron tras la debacle en Galicia y los malos resultados en el País Vasco.

Finalmente, Vox celebró el escaño conseguido en el País Vasco pero criticó lo que considera como dos procesos electorales irregularidades por retrasar Correos el reparto de su propaganda electoral, incluso le acusan de no llegar a hacerlo, y por el acoso que denunciaron de fuerzas de extrema izquierda o independentistas en los actos de campaña que celebraron en ambas comunidades. De hecho, una diputada en el Congreso de Vox, Rocío de Meer, resultó herida por una pedrada en un mitin en el municipio vizcaíno de Sestao.

En resumen, dos liderazgos personalistas que se consolidan, Feijóo y Urkullu, y un nacionalismo creciente entre la izquierda.

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