Con la Ley en la mano

Los problemas de la emigración no son prioritarios para los aspirantes a gobernar

Por Ricardo Martínez Barros

Ricardo Martínez Barros.

He tenido la paciencia de analizar las propuestas sobre emigración que contienen los programas de los partidos políticos que aspiran a gobernar a partir del 28A. Y debo confesar que sentí una profunda tristeza y decepción porque a los problemas de la emigración se le dedica menos espacio que el que se dedica a la capra pyrenaica o a los osos de agua o tardígrados.

Cuando este artículo vea la luz en letra impresa ya conoceremos la participación que han tenido los emigrantes españoles en las votaciones para elegir Gobierno y que ya anticipo va a ser, como siempre, simbólica. Y no porque no haya ganas de ejercer el derecho al voto, sino porque a los emigrantes no se les dota de medios para que ejerzan ese derecho. En un número que no sobrepasa los 182.000 españoles que han solicitado el voto por correo, se comprobará que los que ejercen finalmente el derecho a votar será muy inferior. Hay dificultades para obtener la documentación (voto rogado) y siguen los inconvenientes, una vez obtenida la documentación, para votar.

Pero, una vez elegido Gobierno, van a ser muy pocas las iniciativas que se pongan en marcha para solventar los muchos problemas con los que se topa el emigrante español, ya sea marinero o becario en una universidad de Nueva Zelanda. No podemos seguir aplicando y utilizando sistemas y formatos de una época pasada. Hay miles de jóvenes muy preparados y sacrificados que, ejerciendo una actividad en el extranjero, deben tener también la consideración de emigrantes y a los que hay que dotar de instrumentos socio-jurídicos que dignifiquen su trabajo o situación, porque ellos también están contribuyendo al bienestar de los que quedamos aquí.

Hay una obsesión enfermiza por captar el voto y una desidia insultante por ofrecer soluciones a los grandes problemas que tiene nuestra sociedad. La grandeza de un país se mide por los sistemas de protección que se articulan para amparar a los más débiles y necesitados. España, con la emigración, no es un gran país. Y a los países los hacen grandes sus gentes no sus gobernantes. Por eso clamo para que los mas de dos millones de emigrantes españoles se organicen y reivindiquen una mejor posición en la toma de decisiones de los que nos gobiernan, porque, por ahora, los problemas de la emigración no son prioritarios para nuestros gobernantes.

(*) Fundador del Despacho Martínez Barros en Vigo, uno de los más prestigiosos y grandes de Galicia, formado por abogados gallegos. Director de los servicios jurídicos del R.C. Celta y Vicepresidente en su día. Persona ligada a la emigración con más de 1.500 artículos publicados en varios medios.

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