Con una procesión portando a la Virgen de la Covadonga, una misa a los pies de su cueva y un banquete de fabada asturiana, el Centro Asturiano Casa de Asturias celebró los 112 años de institucionalidad de los emigrantes del Principado en Montevideo.
El pasado 11 de septiembre, próximo al mediodía soleado del frío invierno montevideano, la sede del Prado del Centro Asturiano Casa de Asturias se fue colmando de devotos de la Virgen de Covadonga que tiene un santuario en el parque de la institución.
Allí, antes que el sacerdote Fernando González de Ritis celebrara la santa misa en homenaje a la Santina, un grupo de socios de la institución seguidos por la banda de gaitas y varios fieles, sacaron la imagen de la patrona de Asturias a recorrer el barrio en una sentida procesión que recordó a todos los socios que han fallecido en estos dos años de pandemia.
Culminada la misa, la actuación artística de los grupos de baile estuvo acompañada por la banda integrada por Matías Olid, Andrés González, Sandra González, Luis Bousoño, Jorge Bisogna, Juan Seoane, Natalia González y Gladys Flores, quienes también fueron los encargados de interpretar el himno asturiano más tarde.
También participaron con sus danzas tradicionales el grupo Les Madreñes, dirigido por Carolina Pérez junto a Marcelo Millares, Valeria Rico, Ana Pía López y Camila que debutaba este año dentro del grupo.
Posteriormente fueron más de cuatrocientos comensales que completaron el salón de fiestas de la institución que agrupa a los dos clubes asturianos fusionados en el comienzo de este siglo.
La mesa que presidía la celebración del 112º aniversario de la institucionalidad asturiana en Uruguay estaba conformada por el presidente de la entidad, Paco Llana, junto a la cónsul general, María Victoria Scola, el jefe de la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Francisco Manrique, el presidente de la Federación de Instituciones Españolas del Uruguay, Jorge Torres, el presidente del Hogar Español Celestino Duarte, el presidente de la Liga Española de Deportes, Martín Rodríguez Caridad, en tanto también se destacaba la presencia de la presidenta de la Federación de Asociaciones Gallegas del Uruguay, María Gil, así como directivos de las distintas instituciones españolas del Uruguay, así como la presidenta de la Casa de Portugal de Montevideo.
El acto comenzó con la ejecución grabada de los himnos uruguayo y español, en tanto el himno de Asturias fue el que hizo llorar a varios emigrantes cuando la banda de la institución hizo sonar sus acordes al tiempo que todos lo entonaban con emoción.
El presidente Llana expresó, con los sentimientos a flor de piel, la alegría que le daba “volvernos a reunir tras dos años sin poder hacerlo” y agradeció a todos por la presencia recordando la importancia de estos encuentros tan deseados.
Más adelante sería la cónsul Scola la encargada de dirigirse al público, confundiendo el menú de la celebración anunciando una paella, lo que inmediatamente fue reclamado por los comensales asturianos que casi como coro respondieron que será una “fabada”.
Este momento de hilaridad dejó al descubierto el amor que sienten estos emigrantes y sus descendientes por las costumbres de su tierra y de como ansían revivir aquellos sabores de sus infancias o de la cocina de sus abuelas.
La cónsul Scola reflexionó acerca de la colectividad asturiana en Uruguay, donde hay cerca de tres mil censados, de los que cerca de 450 son nacidos en Asturias, aunque puntualizó que “sin embargo, esa cifra no representa cabalmente la influencia que han tenido los astures en este país. Esta institución ha sido un ejemplo de unidad cuando se fusionaron en el año 2002”, felicitándoles por ese logro.
Tras el breve acto protocolar, la ceremonia continuó con el tradicional ingreso de una treintena de socios que se encargan de servir la comida y bebida en todas las mesas.
Ese instante es el pistoletazo oficial para que se desate una emocionante catarata de sensaciones en los comensales, algunos expertos en la fabada porque la hacen en sus casas, otros porque sus abuelos se la preparaban y otros que llegan porque “aquí se hace la mejor en Uruguay”.
Lo cierto es que el plato fue preparado por Omar del Llano, Víctor Bordón y Pedro Iglesias, pero España Exterior estuvo presente en el momento que el presidente Paco Llana confirmó con la prueba definitiva que el plato estaba a punto.
Durante la jornada gastronómica, tampoco faltó el tradicional festejo de cumpleaños en ese día. Así fue como José Llana, hermano del presidente, sopló la vela de su 60 aniversario, al igual que también lo hizo Gloria Suárez, hija del que fuera presidente en 1973 de la institución, Antonio Suárez Blanco.
Mientras tanto, la que se pensaba era la emigrante más longeva de la fiesta, María de los Remedios Álvarez, también sopló la vela que ponía en su tarta los 95 años cumplidos. Sin embargo, fue Manuel, un astur que integró la directiva del Centro Español de Maldonado, el que con 96 años desató el aplauso de todos los comensales por su presencia.
